Indice

Proverbios 27

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

à  àÇì-úÌÄúÀäÇìÌÅì, áÌÀéåÉí îÈçÈø:    ëÌÄé ìÉà-úÅãÇò, îÇä-éÌÅìÆã éåÉí. 1 NO te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.
á  éÀäÇìÌÆìÀêÈ æÈø åÀìÉà-ôÄéêÈ;    ðÈëÀøÄé, åÀàÇì-ùÒÀôÈúÆéêÈ. 2 Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.
â  ëÌÉáÆã-àÆáÆï, åÀðÅèÆì äÇçåÉì;    åÀëÇòÇñ àÁåÄéì, ëÌÈáÅã îÄùÌÑÀðÅéäÆí. 3 Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.
ã  àÇëÀæÀøÄéÌåÌú çÅîÈä, åÀùÑÆèÆó àÈó;    åÌîÄé éÇòÂîÉã, ìÄôÀðÅé ÷ÄðÀàÈä. 4 Cruel es la ira, é impetuoso el furor; Mas ¿quién parará delante de la envidia?
ä  èåÉáÈä, úÌåÉëÇçÇú îÀâËìÌÈä--    îÅàÇäÂáÈä îÀñËúÌÈøÆú. 5 Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.
å  ðÆàÁîÈðÄéí, ôÌÄöÀòÅé àåÉäÅá;    åÀðÇòÀúÌÈøåÉú, ðÀùÑÄé÷åÉú ùÒåÉðÅà. 6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.
æ  ðÆôÆùÑ ùÒÀáÅòÈä, úÌÈáåÌñ ðÉôÆú;    åÀðÆôÆùÑ øÀòÅáÈä, ëÌÈì-îÇø îÈúåÉ÷. 7 El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.
ç  ëÌÀöÄôÌåÉø, ðåÉãÆãÆú îÄï-÷ÄðÌÈäÌ--    ëÌÅï-àÄéùÑ, ðåÉãÅã îÄîÌÀ÷åÉîåÉ. 8 Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.
è  ùÑÆîÆï åÌ÷ÀèÉøÆú, éÀùÒÇîÌÇç-ìÅá;    åÌîÆúÆ÷ øÅòÅäåÌ, îÅòÂöÇú-ðÈôÆùÑ. 9 El ungüento y el perfume alegran el corazón:  Y el amigo al hombre con el cordial consejo.
é  øÅòÂêÈ åøòä (åÀøÅòÇ) àÈáÄéêÈ, àÇì-úÌÇòÂæÉá--    åÌáÅéú àÈçÄéêÈ, àÇì-úÌÈáåÉà áÌÀéåÉí àÅéãÆêÈ;
èåÉá ùÑÈëÅï ÷ÈøåÉá,    îÅàÈç øÈçåÉ÷.
10 No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción.  Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.
éà  çÂëÇí áÌÀðÄé, åÀùÒÇîÌÇç ìÄáÌÄé;    åÀàÈùÑÄéáÈä çÉøÀôÄé ãÈáÈø. 11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.
éá  òÈøåÌí, øÈàÈä øÈòÈä ðÄñÀúÌÈø;    ôÌÀúÈàéÄí, òÈáÀøåÌ ðÆòÁðÈùÑåÌ. 12 El avisado ve el mal, y escóndese, Mas los simples pasan, y llevan el daño.
éâ  ÷Çç-áÌÄâÀãåÉ, ëÌÄé-òÈøÇá æÈø;    åÌáÀòÇã ðÈëÀøÄéÌÈä çÇáÀìÅäåÌ. 13 Quítale su ropa al que fió al extraño; Y al que fió á la extraña, tómale prenda.
éã  îÀáÈøÅêÀ øÅòÅäåÌ, áÌÀ÷åÉì âÌÈãåÉì--áÌÇáÌÉ÷Æø äÇùÑÀëÌÅéí:    ÷ÀìÈìÈä, úÌÅçÈùÑÆá ìåÉ. 14 El que bendice á su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.
èå  ãÌÆìÆó èåÉøÅã, áÌÀéåÉí ñÇâÀøÄéø;    åÀàÅùÑÆú îãåðéí (îÄãÀéÈðÄéí), ðÄùÑÀúÌÈåÈä. 15 Gotera continua en tiempo de lluvia, Y la mujer rencillosa, son semejantes:
èæ  öÉôÀðÆéäÈ öÈôÇï-øåÌçÇ;    åÀùÑÆîÆï éÀîÄéðåÉ éÄ÷ÀøÈà. 16 El que pretende contenerla, arresta el viento:  O el aceite en su mano derecha.
éæ  áÌÇøÀæÆì áÌÀáÇøÀæÆì éÈçÇã;    åÀàÄéùÑ, éÇçÇã ôÌÀðÅé-øÅòÅäåÌ. 17 Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.
éç  ðÉöÅø úÌÀàÅðÈä, éÉàëÇì ôÌÄøÀéÈäÌ;    åÀùÑÉîÅø àÂãÉðÈéå éÀëËáÌÈã. 18 El que guarda la higuera, comerá su fruto; Y el que guarda á su señor, será honrado.
éè  ëÌÇîÌÇéÄí, äÇôÌÈðÄéí ìÇôÌÈðÄéí--    ëÌÅï ìÅá-äÈàÈãÈí, ìÈàÈãÈí. 19 Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.
ë  ùÑÀàåÉì åÇàÂáÇãÌÉä, ìÉà úÄùÒÀáÌÇòÀðÈä;    åÀòÅéðÅé äÈàÈãÈí, ìÉà úÄùÒÀáÌÇòÀðÈä. 20 El sepulcro y la perdición nunca se hartan:  Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
ëà  îÇöÀøÅó ìÇëÌÆñÆó, åÀëåÌø ìÇæÌÈäÈá;    åÀàÄéùÑ, ìÀôÄé îÇäÂìÈìåÉ. 21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro:  Y al hombre la boca del que lo alaba.
ëá  àÄí úÌÄëÀúÌåÉùÑ-àÆú-äÈàÁåÄéì, áÌÇîÌÇëÀúÌÅùÑ áÌÀúåÉêÀ äÈøÄéôåÉú--    áÌÇòÁìÄé:
ìÉà-úÈñåÌø îÅòÈìÈéå,    àÄåÌÇìÀúÌåÉ.
22 Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo á pisón majados, No se quitará de él su necedad.
ëâ  éÈãÉòÇ úÌÅãÇò, ôÌÀðÅé öÉàðÆêÈ;    ùÑÄéú ìÄáÌÀêÈ, ìÇòÂãÈøÄéí. 23 Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; Pon tu corazón á tus rebaños:
ëã  ëÌÄé ìÉà ìÀòåÉìÈí çÉñÆï;    åÀàÄí-ðÅæÆø, ìÀãåÉø ãåø (åÈãåÉø). 24 Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
ëä  âÌÈìÈä çÈöÄéø, åÀðÄøÀàÈä-ãÆùÑÆà;    åÀðÆàÆñÀôåÌ, òÄùÌÒÀáåÉú äÈøÄéí. 25 Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y segaránse las hierbas de los montes.
ëå  ëÌÀáÈùÒÄéí ìÄìÀáåÌùÑÆêÈ;    åÌîÀçÄéø ùÒÈãÆä, òÇúÌåÌãÄéí. 26 Los corderos para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo:
ëæ  åÀãÅé, çÂìÅá òÄæÌÄéí--ìÀìÇçÀîÀêÈ, ìÀìÆçÆí áÌÅéúÆêÈ;    åÀçÇéÌÄéí, ìÀðÇòÂøåÉúÆéêÈ. 27 Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas.

 

Indice

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31