Indice

Lamentaciones 2

1 2 3 4 5

à àÅéëÈä éÈòÄéá áÌÀàÇôÌåÉ àÂãÉðÈé, àÆú-áÌÇú-öÄéÌåÉï--äÄùÑÀìÄéêÀ îÄùÌÑÈîÇéÄí àÆøÆõ, úÌÄôÀàÆøÆú éÄùÒÀøÈàÅì; åÀìÉà-æÈëÇø äÂãÉí-øÇâÀìÈéå, áÌÀéåÉí àÇôÌåÉ.  {ñ} 1 ¡CÓMO oscureció el Señor en su furor a la hija de Sión! Derribó del cielo á la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su ira.
á áÌÄìÌÇò àÂãÉðÈé ìà (åÀìÉà) çÈîÇì, àÅú ëÌÈì-ðÀàåÉú éÇòÂ÷Éá--äÈøÇñ áÌÀòÆáÀøÈúåÉ îÄáÀöÀøÅé áÇú-éÀäåÌãÈä, äÄâÌÄéòÇ ìÈàÈøÆõ; çÄìÌÅì îÇîÀìÈëÈä, åÀùÒÈøÆéäÈ.  {ñ} 2 Destruyó el Señor, y no perdonó; Destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob:  Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, Deslustró el reino y sus príncipes.
â âÌÈãÇò áÌÈçÃøÄé-àÇó, ëÌÉì ÷ÆøÆï éÄùÒÀøÈàÅì--äÅùÑÄéá àÈçåÉø éÀîÄéðåÉ, îÄôÌÀðÅé àåÉéÅá; åÇéÌÄáÀòÇø áÌÀéÇòÂ÷Éá ëÌÀàÅùÑ ìÆäÈáÈä, àÈëÀìÈä ñÈáÄéá.  {ñ} 3 Cortó con el furor de su ira todo el cuerno de Israel; Hizo volver atrás su diestra delante del enemigo; Y encendióse en Jacob como llama de fuego que ha devorado en contorno.
ã ãÌÈøÇêÀ ÷ÇùÑÀúÌåÉ ëÌÀàåÉéÅá, ðÄöÌÈá éÀîÄéðåÉ ëÌÀöÈø, åÇéÌÇäÂøÉâ, ëÌÉì îÇçÂîÇãÌÅé-òÈéÄï; áÌÀàÉäÆì, áÌÇú-öÄéÌåÉï, ùÑÈôÇêÀ ëÌÈàÅùÑ, çÂîÈúåÉ.  {ñ} 4 Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, Y mató toda cosa hermosa á la vista:  En la tienda de la hija de Sión derramó como fuego su enojo.
ä äÈéÈä àÂãÉðÈé ëÌÀàåÉéÅá, áÌÄìÌÇò éÄùÒÀøÈàÅì--áÌÄìÌÇò ëÌÈì-àÇøÀîÀðåÉúÆéäÈ, ùÑÄçÅú îÄáÀöÈøÈéå; åÇéÌÆøÆá, áÌÀáÇú-éÀäåÌãÈä, úÌÇàÂðÄéÌÈä, åÇàÂðÄéÌÈä.  {ñ} 5 Fué el Señor como enemigo, destruyó a Israel; Destruyó todos sus palacios, disipó sus fortalezas:  Y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y lamento.
å åÇéÌÇçÀîÉñ ëÌÇâÌÇï ùÒËëÌåÉ, ùÑÄçÅú îÉòÂãåÉ; ùÑÄëÌÇç éÀäåÈä áÌÀöÄéÌåÉï îåÉòÅã åÀùÑÇáÌÈú, åÇéÌÄðÀàÇõ áÌÀæÇòÇí-àÇôÌåÉ îÆìÆêÀ åÀëÉäÅï.  {ñ} 6 Y quitó su tienda como de un huerto, Destruyó el lugar de su congregación:  Jehová ha hecho olvidar en Sión solemnidades y sábados, Y ha desechado en el furor de su ira rey y sacerdote.
æ æÈðÇç àÂãÉðÈé îÄæÀáÌÀçåÉ, ðÄàÅø îÄ÷ÀãÌÈùÑåÉ--äÄñÀâÌÄéø áÌÀéÇã-àåÉéÅá, çåÉîÉú àÇøÀîÀðåÉúÆéäÈ; ÷åÉì ðÈúÀðåÌ áÌÀáÅéú-éÀäåÈä, ëÌÀéåÉí îåÉòÅã.  {ñ} 7 Desechó el Señor su altar, menospreció su santuario, Ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios:  Dieron grita en la casa de Jehová como en día de fiesta.
ç çÈùÑÇá éÀäåÈä ìÀäÇùÑÀçÄéú, çåÉîÇú áÌÇú-öÄéÌåÉï--ðÈèÈä ÷Èå, ìÉà-äÅùÑÄéá éÈãåÉ îÄáÌÇìÌÅòÇ; åÇéÌÇàÂáÆì-çÅì åÀçåÉîÈä, éÇçÀãÌÈå àËîÀìÈìåÌ.  {ñ} 8 Jehová determinó destruir el muro de la hija de Sión; Extendió el cordel, no retrajo su mano de destruir:  Hizo pues, se lamentara el antemuro y el muro; fueron destruídos juntamente.
è èÈáÀòåÌ áÈàÈøÆõ ùÑÀòÈøÆéäÈ, àÄáÌÇã åÀùÑÄáÌÇø áÌÀøÄéçÆéäÈ; îÇìÀëÌÈäÌ åÀùÒÈøÆéäÈ áÇâÌåÉéÄí, àÅéï úÌåÉøÈä--âÌÇí-ðÀáÄéàÆéäÈ, ìÉà-îÈöÀàåÌ çÈæåÉï îÅéÀäåÈä.  {ñ} 9 Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos:  Su rey y sus príncipes están entre las gentes donde no hay ley; Sus profetas tampoco hallaron visión de Jehová.
é éÅùÑÀáåÌ ìÈàÈøÆõ éÄãÌÀîåÌ, æÄ÷ÀðÅé áÇú-öÄéÌåÉï--äÆòÁìåÌ òÈôÈø òÇì-øÉàùÑÈí, çÈâÀøåÌ ùÒÇ÷ÌÄéí; äåÉøÄéãåÌ ìÈàÈøÆõ øÉàùÑÈï, áÌÀúåÌìÉú éÀøåÌùÑÈìÈÄí.  {ñ} 10 Sentáronse en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sión; Echaron polvo sobre sus cabezas, ciñéronse de saco; Las vírgenes de Jerusalem bajaron sus cabezas a tierra.
éà ëÌÈìåÌ áÇãÌÀîÈòåÉú òÅéðÇé, çÃîÇøÀîÀøåÌ îÅòÇé--ðÄùÑÀôÌÇêÀ ìÈàÈøÆõ ëÌÀáÅãÄé, òÇì-ùÑÆáÆø áÌÇú-òÇîÌÄé:  áÌÅòÈèÅó òåÉìÅì åÀéåÉðÅ÷, áÌÄøÀçÉáåÉú ÷ÄøÀéÈä.  {ñ} 11 Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
éá ìÀàÄîÌÉúÈí, éÉàîÀøåÌ, àÇéÌÅä, ãÌÈâÈï åÈéÈéÄï:  áÌÀäÄúÀòÇèÌÀôÈí ëÌÆçÈìÈì, áÌÄøÀçÉáåÉú òÄéø--áÌÀäÄùÑÀúÌÇôÌÅêÀ ðÇôÀùÑÈí, àÆì-çÅé÷ àÄîÌÉúÈí.  {ñ} 12 Decían a sus madres:  ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando sus almas en el regazo de sus madres.
éâ îÈä-àÂòÄéãÅêÀ îÈä àÂãÇîÌÆä-ìÌÈêÀ, äÇáÌÇú éÀøåÌùÑÈìÇÄí--îÈä àÇùÑÀåÆä-ìÌÈêÀ åÇàÂðÇçÂîÅêÀ, áÌÀúåÌìÇú áÌÇú-öÄéÌåÉï:  ëÌÄé-âÈãåÉì ëÌÇéÌÈí ùÑÄáÀøÅêÀ, îÄé éÄøÀôÌÈà-ìÈêÀ.  {ñ} 13 ¿Qué testigo te traeré, ó á quién te haré semejante, hija de Jerusalem? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es tu quebrantamiento como la mar:  ¿quién te medicinará?
éã ðÀáÄéàÇéÄêÀ, çÈæåÌ ìÈêÀ ùÑÈåÀà åÀúÈôÅì, åÀìÉà-âÄìÌåÌ òÇì-òÂå‍ÉðÅêÀ, ìÀäÈùÑÄéá ùáéúê (ùÑÀáåÌúÅêÀ); åÇéÌÆçÁæåÌ ìÈêÀ, îÇùÒÀàåÉú ùÑÈåÀà åÌîÇãÌåÌçÄéí.  {ñ} 14 Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para estorbar tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.
èå ñÈôÀ÷åÌ òÈìÇéÄêÀ ëÌÇôÌÇéÄí, ëÌÈì-òÉáÀøÅé ãÆøÆêÀ--ùÑÈøÀ÷åÌ åÇéÌÈðÄòåÌ øÉàùÑÈí, òÇì-áÌÇú éÀøåÌùÑÈìÈÄí:  äÂæÉàú äÈòÄéø, ùÑÆéÌÉàîÀøåÌ ëÌÀìÄéìÇú éÉôÄé--îÈùÒåÉùÒ, ìÀëÈì-äÈàÈøÆõ.  {ñ} 15 Todos los que pasaban por el camino, batieron las manos sobre ti; Silbaron, y movieron sus cabezas sobre la hija de Jerusalem, diciendo:  ¿Es ésta la ciudad que decían de perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra?
èæ ôÌÈöåÌ òÈìÇéÄêÀ ôÌÄéäÆí, ëÌÈì-àÉéÀáÇéÄêÀ--ùÑÈøÀ÷åÌ åÇéÌÇçÇøÀ÷åÌ-ùÑÅï, àÈîÀøåÌ áÌÄìÌÈòÀðåÌ; àÇêÀ æÆä äÇéÌåÉí ùÑÆ÷ÌÄåÌÄéðËäåÌ, îÈöÈàðåÌ øÈàÄéðåÌ.  {ñ} 16 Todos tus enemigos abrieron sobre ti su boca, Silbaron, y rechinaron los dientes; dijeron:  Devoremos:  Cierto éste es el día que esperábamos; lo hemos hallado, vímoslo.
éæ òÈùÒÈä éÀäåÈä àÂùÑÆø æÈîÈí, áÌÄöÌÇò àÆîÀøÈúåÉ àÂùÑÆø öÄåÌÈä îÄéîÅé-÷ÆãÆí--äÈøÇñ, åÀìÉà çÈîÈì; åÇéÀùÒÇîÌÇç òÈìÇéÄêÀ àåÉéÅá, äÅøÄéí ÷ÆøÆï öÈøÈéÄêÀ.  {ñ} 17 Jehová ha hecho lo que tenía determinado, Ha cumplido su palabra que él había mandado desde tiempo antiguo:  Destruyó, y no perdonó; Y alegró sobre ti al enemigo, Y enalteció el cuerno de tus adversarios.
éç öÈòÇ÷ ìÄáÌÈí, àÆì-àÂãÉðÈé; çåÉîÇú áÌÇú-öÄéÌåÉï äåÉøÄéãÄé ëÇðÌÇçÇì ãÌÄîÀòÈä, éåÉîÈí åÈìÇéÀìÈä--àÇì-úÌÄúÌÀðÄé ôåÌâÇú ìÈêÀ, àÇì-úÌÄãÌÉí áÌÇú-òÅéðÅêÀ.  {ñ} 18 El corazón de ellos clamaba al Señor:  Oh muro de la hija de Sión, echa lágrimas como un arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.
éè ÷åÌîÄé øÉðÌÄé áìéì (áÇìÌÇéÀìÈä), ìÀøÉàùÑ àÇùÑÀîËøåÉú--ùÑÄôÀëÄé ëÇîÌÇéÄí ìÄáÌÅêÀ, ðÉëÇç ôÌÀðÅé àÂãÉðÈé; ùÒÀàÄé àÅìÈéå ëÌÇôÌÇéÄêÀ, òÇì-ðÆôÆùÑ òåÉìÈìÇéÄêÀ--äÈòÂèåÌôÄéí áÌÀøÈòÈá, áÌÀøÉàùÑ ëÌÈì-çåÌöåÉú.  {ñ} 19 Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos á él por la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.
ë øÀàÅä éÀäåÈä åÀäÇáÌÄéèÈä, ìÀîÄé òåÉìÇìÀúÌÈ ëÌÉä:  àÄí-úÌÉàëÇìÀðÈä ðÈùÑÄéí ôÌÄøÀéÈí òÉìÀìÅé èÄôÌËçÄéí, àÄí-éÅäÈøÅâ áÌÀîÄ÷ÀãÌÇùÑ àÂãÉðÈé ëÌÉäÅï åÀðÈáÄéà.  {ñ} 20 Mira, oh Jehová, y considera á quién has hecho así.  ¿Han de comer las mujeres su fruto, los pequeñitos de sus crías? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
ëà ùÑÈëÀáåÌ ìÈàÈøÆõ çåÌöåÉú ðÇòÇø åÀæÈ÷Åï, áÌÀúåÌìÉúÇé åÌáÇçåÌøÇé ðÈôÀìåÌ áÆçÈøÆá; äÈøÇâÀúÌÈ áÌÀéåÉí àÇôÌÆêÈ, èÈáÇçÀúÌÈ ìÉà çÈîÈìÀúÌÈ.  {ñ} 21 Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis mancebos cayeron a cuchillo:  Mataste en el día de tu furor, degollaste, no perdonaste.
ëá úÌÄ÷ÀøÈà ëÀéåÉí îåÉòÅã îÀâåÌøÇé îÄñÌÈáÄéá, åÀìÉà äÈéÈä áÌÀéåÉí àÇó-éÀäåÈä ôÌÈìÄéè åÀùÒÈøÄéã:  àÂùÑÆø-èÄôÌÇçÀúÌÄé åÀøÄáÌÄéúÄé, àÉéÀáÄé ëÄìÌÈí.  {ô} 22 Has llamado, como a día de solemnidad, mis temores de todas partes; Y en el día del furor de Jehová no hubo quien escapase ni quedase vivo:  Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó

 

Indice

1 2 3 4 5