à
éÀñåÉã äÇéÌÀñåÉãåÉú åÀòÇîÌåÌã äÇçÈëÀîåÉú, ìÅéãÇò ùÑÆéÌÅùÑ ùÑÈí îÈöåÌé øÄàùÑåÉï. åÀäåÌà îÇîÀöÄéà ëÌÈì äÇðÌÄîÀöÈà; åÀëÈì äÇðÌÄîÀöÈàÄéí îÄï ùÑÈîÇéÄí åÈàÈøÆõ åÌîÇä áÌÅéðÅéäÆí, ìÉà ðÄîÀöÀàåÌ àÅìÈà îÅàÂîÄúÌÇú äÄîÌÈöÀàåÉ. [á] åÀàÄí éÇòÂìÆä òÇì äÇãÌÇòÇú ùÑÀäåÌà àÅéðåÌ îÈöåÌé, àÅéï ãÌÈáÈø àÇçÅø éÈëåÉì ìÀäÄîÌÈöÉàåú. [â] åÀàÄí éÇòÂìÆä òÇì äÇãÌÇòÇú ùÑÀàÅéï ëÌÈì äÇðÌÄîÀöÈàÄéí îÄìÌÀáÇãÌåÉ îÀöåÌéÄéí, äåÌà ìÀáÇãÌåÉ éÄäÀéÆä îÈöåÌé åÀìÉà éÄáÌÈèÅì äåÌà ìÀáÄèÌåÌìÈí: ùÑÆëÌÈì äÇðÌÄîÀöÈàÄéí öÀøÄéëÄéï ìåÉ; åÀäåÌà áÌÈøåÌêÀ äåÌà àÅéðåÌ öÈøÄéêÀ ìÈäÆí, åÀìÉà ìÀàÆçÈã îÅäÆí.
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1
El principal de los funtamentos y el pilar de la sabiduría es comprender que hay un primer
Existente. Y Él causa todo lo existente; y todo lo existente, desde el cielo hasta la tierra
y lo que hay entre ellos, no existiría de no ser por su veracidad existencial. Y de suponerse
que Él no existiera ninguna otra cosa podría existir. Y de suponerse que no existiera
existencia alguna a excepción de la suya, sólo Él existiría, no
anulándose debido a la anulación del resto ya que todo lo existente le necesita, no
necesitando Él, bendito Sea, ni siquiera de uno de ellos.
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á
ìÀôÄéëÌÈêÀ àÅéï àÂîÄúÌÈúåÉ ëÌÇàÂîÄúÌÇú àÆçÈã îÅäÆí. [ã] äåÌà ùÑÆäÇðÌÈáÄéà àåÉîÅø "åÇä' àÁìÉäÄéí àÁîÆú" (éøîéäå é,é)--äåÌà ìÀáÇãÌåÉ äÈàÁîÆú, åÀàÅéï ìÀàÇçÅø àÁîÆú ëÌÇàÂîÄúÌåÉ. åÀäåÌà ùÑÆäÇúÌåÉøÈä àåÉîÆøÆú "àÅéï òåÉã, îÄìÌÀáÇãÌåÉ" (ãáøéí ã,ìä), ëÌÀìåÉîÇø àÅéï ùÑÈí îÈöåÌé àÁîÆú îÄìÌÀáÇãÌåÉ ëÌÀîåÉúåÉ.
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2
Por lo tanto su veracidad existencial no es como la de ellos. Siendo ésto lo que dice el
profeta: "Y el Señor, Dios, es la verdad" (Jr. 10:10)
Suya es la veracidad existencial, careciendo
cualquier otro de una como la Suya. Siendo ésto lo que dice la Torá: "no hay otro
aparte de Él" (Dt. 4:35), es decir que no existe
existencia alguna aparte de la Suya, como Él.
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â
[ä] äÇîÌÈöåÌé äÇæÌÆä--äåÌà àÁìåÉäÌÇ äÈòåÉìÈí, àÂãåÉï ëÌÈì äÈàÈøÆõ. åÀäåÌà äÇîÌÇðÀäÄéâ äÇâÌÇìÀâÌÇì áÌÀëåÉçÇ ùÑÀàÅéï ìåÉ ÷Åõ åÀúÇëÀìÄéú, áÌÀëåÉçÇ ùÑÀàÅéï ìåÉ äÆôÀñÅ÷, ùÑÆäÇâÌÇìÀâÌÇì ñåÉáÅá úÌÈîÄéã, åÀàÅé àÄôÀùÑÈø ùÑÆéÌÄñÌÉá áÌÀìÉà îÀñÇáÌÅá; åÀäåÌà áÌÈøåÌêÀ äåÌà äÇîÌÀñÇáÌÅá àåÉúåÉ, áÌÀìÉà éÈã åÀìÉà âÌåÌó.
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3
Tal Existente es el Dios del Universo, el Señor de toda la tierra. Siendo Él
quien
conduce al mundo con un fuerza infinita e indeleble, una fuerza ininterrumpida, ya que el planeta
gira siempre, siendo imposible que girase careciendo de un rotador; siendo Él, bendito
Sea, quien lo rueda, sin mano ni cuerpo.
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ã
[å] åÄéãÄéòÇú ãÌÈáÈø æÆä îÄöÀåÇú òÂùÒÅä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "àÈðÉëÄé ä' àÁìÉäÆéêÈ" (ùîåú ë,á; ãáøéí ä,å). åÀëÈì äÇîÌÇòÂìÆä òÇì ãÌÇòÀúÌåÉ ùÑÆéÌÅùÑ ùÑÈí àÁìåÉäÌÇ àÇçÅø, çåÌõ îÄæÌÆä--òåÉáÅø áÌÀìÉà úÇòÂùÒÆä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ìÉà-éÄäÀéÆä ìÀêÈ àÁìÉäÄéí àÂçÅøÄéí, òÇì-ôÌÈðÈé" (ùîåú ë,á; ãáøéí ä,å); åÀëÈôÇø áÌÈòÄé÷Èø, ùÑÆæÌÆä äåÌà äÈòÄé÷Èø äÇâÌÈãåÉì ùÑÆäÇëÌÉì úÌÈìåÌé áÌåÉ.
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4
Siendo la percatación de esto un Precepto Positivo, como
está escrito: "Yo soy el Señor tu Dios" (Ex. 20:2; Dt. 5:6). Y todo aquel que infiera
que existe una divinidad aparte de Él transgrede un Precepto Negativo
, como está escrito: "no tendrás otros dioses" (Ex. 20:2; Dt. 5:6); y apostató
del principio, ya que ese es el principal principio del cual todo depende.
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ä
[æ] àÁìåÉäÌÇ æÆä àÆçÈã äåÌà--àÅéðåÌ ìÉà ùÑÀðÇéÄí åÀìÉà éÈúÅø òÇì ùÑÀðÇéÄí, àÅìÈà àÆçÈã, ùÑÀàÅéï ëÌÀéÅçåÌãåÉ àÆçÈã îÄï äÈàÂçÈãÄéí äÇðÌÄîÀöÈàÄéí áÌÈòåÉìÈí: ìÉà àÆçÈã ëÌÀîÄéï ùÑÀäåÌà ëÌåÉìÅì àÂçÈãÄéí äÇøÀáÌÅä, åÀìÉà àÆçÈã ëÌÀâåÌó ùÑÀäåÌà ðÆçÀìÈ÷ ìÀîÇçÀìÈ÷åÉú åÀìÄ÷ÀöÈååÉú; àÅìÈà éÅçåÌã ùÑÀàÅéï éÅçåÌã àÇçÅø ëÌÀîåÉúåÉ áÌÈòåÉìÈí.
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5
Este Dios es uno, no dos ni más de dos sino uno, no habiendo entre las otras unidades
existentes una unicidad como la suya. No es uno como algo compuesto de muchas unidades ni uno
como un cuerpo que se divide en
aparatos y extremidades sino una unicidad como la cual no hay
otra en el universo.
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å
àÄìÌåÌ äÈéåÌ äÈàÁìåÉäåÉú äÇøÀáÌÅä--äÈéåÌ âÌåÌôÄéï åÌâÀåÄéÌåÉú, îÄôÌÀðÅé ùÑÀàÅéï äÇðÌÄîÀðÄéï äÇùÌÑåÉåÄéï áÌÄîÀöÄéàÈúÈï ðÄôÀøÈãÄéï æÆä îÄæÌÆä àÅìÈà áÌÇîÌÀàÉøÈòÄéï ùÑÆéÌÆàÆøÀòåÌ äÇâÌåÌôåÉú åÀäÇâÌÀåÄéÌåÉú. åÀàÄìÌåÌ äÈéÈä äÇéÌåÉöÅø âÌåÌó åÌâÀåÄéÌÈä--äÈéÈä ìåÉ ÷Åõ åÀúÇëÀìÄéú, ùÑÀàÅé àÄôÀùÑÈø ìÄäÀéåÉú âÌåÌó ùÑÀàÅéï ìåÉ ÷Åõ. åÀëÈì ùÑÆéÌÅùÑ ìåÉ ÷Åõ åÀúÇëÀìÄéú, éÅùÑ ìÀëåÉçåÉ ÷Åõ åÈñåÉó.
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6
De haber sido las divinidades muchas, habrían sido corporales y materiales ya que
los contables de existencia semejante no se separan los unos de los otros sino como consecuencia de
hechos que afectarían a los cuerpos y las materias. Y si fuera el Creador un cuerpo y una
materia, tendría fin y término ya que es imposible que exista un cuerpo infinito. Y la
fuerza de todo aquello que tiene fin y término tiene fin y conclusión.
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æ
åÅàìÉäÅéðåÌ áÌÈøåÌêÀ ùÑÀîåÉ, äåÉàÄéì åÀëåÉçåÉ àÅéï ìåÉ ÷Åõ åÀàÅéðåÌ ôÌåÉñÅ÷, ùÑÆäÂøÅé äÇâÌÇìÀâÌÇì ñåÉáÅá úÌÈîÄéã, àÅéï ëÌåÉçåÉ ëÌåÉçÇ âÌåÌó. åÀäåÉàÄéì åÀàÅéðåÌ âÌåÌó, ìÉà éÅàøÀòåÌ îÀàÉøÀòåÉú äÇâÌåÌôåÉú ëÌÀãÅé ùÑÆéÌÀäÆà ðÆçÀìÈ÷ åÀðÄôÀøÈã îÅàÇçÅø; ìÀôÄéëÌÈêÀ àÅé àÄôÀùÑÈø ùÑÆéÌÄäÀéÆä àÅìÈà àÆçÈã. åÄéãÄéòÇú ãÌÈáÈø æÆä--îÄöÀåÇú òÂùÒÅä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "
ùÑÀîÇò, éÄùÒÀøÈàÅì: éÀäåÈä àÁìÉäÅéðåÌ, éÀäåÈä àÆçÈã
" (ãáøéí å,ã).
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7
Y nuestro Dios, bendito sea su Nombre, por cuanto su fuerza es infinita e ininterrumpida ya que
el planeta gira siempre,
no es ella corporal. Y puesto que no es Él corpóreo, no le
afectarán acontecimientos corporales que dividen y apartan
de otro; por lo cual es imposible que sea sino uno. Y el percatarse de ésto es un
Precepto Positivo como está escrito: "El Señor es nuestro
Dios, el Señor es Uno" (Dt. 6:4).
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ç
äÂøÅé îÀôÉøÈùÑ áÌÇúÌåÉøÈä åÌáÇðÌÈáÄéà, ùÑÀàÅéï äÇ÷ÌÈãåÉùÑ áÌÈøåÌêÀ äåÌà âÌåÌó åÌâÀåÄéÌÈä: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ëÌÄé ä' àÁìÉäÅéëÆí, äåÌà äÈàÁìÉäÄéí áÌÇùÌÑÈîÇéÄí îÄîÌÇòÇì åÀòÇì äÈàÈøÆõ îÄúÌÈçÇú" (øàä ãáøéí ã,ìè; éäåùåò á,éà), åÀäÇâÌåÌó ìÉà éÄäÀéÆä áÌÄùÑÀðÅé îÀ÷åÉîåÉú. åÀðÆàÁîÈø "ëÌÄé ìÉà øÀàÄéúÆí, ëÌÈì-úÌÀîåÌðÈä" (ãáøéí ã,èå), åÀðÆàÁîÈø "åÀàÆì-îÄé úÀãÇîÌÀéåÌðÄé, åÀàÆùÑÀåÆä" (éùòéäå î,ëä); åÀàÄìÌåÌ äÈéÈä âÌåÌó, äÈéÈä ãÌåÉîÆä ìÄùÑÀàÈø âÌåÌôÄéí.
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8
De hecho tanto la Torá como la Profecía expresan, implícitamente, que Dios,
bendito Sea, carece de cuerpo y figura, como está escrito: "Pues el Señor vuestro Dios,
Él es el Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra" (
Vea Dt. 4:39; Jos. 2:11), no siendo posible para el
cuerpo estar en dos lugares a la vez. Y como está escrito: "pues no visteis ninguna imagen"
(Dt. 4:15), y como está escrito: "¿Y a quién
me compararéis, y me le asemejaré?" (Is. 40:25
); y de ser corpóreo
se asemejaría al resto de los cuerpos.
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è
àÄí ëÌÅï îÇä äåÌà æÆä ùÑÆðÌÆàÁîÈø áÌÇúÌåÉøÈä "åÀúÇçÇú øÇâÀìÈéå" (ùîåú ëã,é), "ëÌÀúËáÄéí áÌÀàÆöÀáÌÇò àÁìÉäÄéí" (ùîåú ìà,éç; ãáøéí è,é), "éÇã-ä'" (ùîåú è,â; áîãáø éà,ëâ; ãáøéí á,èå), "òÅéðÅé ä'" (ãáøéí éà,éá), "àÈæÀðÅé ä'" (áîãáø éà,à; áîãáø éà,éç), åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÄãÀáÈøÄéí äÇìÌÈìåÌ--äÇëÌÉì ìÀôÄé ãÌÇòÀúÌÈï ùÑÆìÌÄáÀðÅé àÈãÈí äåÌà, ùÑÀàÅéðÈï îÇëÌÄéøÄéï àÅìÈà äÇâÌåÌôåÉú; åÀãÄáÌÀøÈä úÌåÉøÈä ëÌÄìÀùÑåÉï áÌÀðÅé àÈãÈí. åÀäÇëÌÉì ëÌÄðÌåÌéÄéí äÆí, ëÌÀîåÉ ùÑÆðÌÆàÁîÈø "àÄí-ùÑÇðÌåÉúÄé áÌÀøÇ÷ çÇøÀáÌÄé" (ãáøéí ìá,îà), åÀëÄé çÆøÆá éÅùÑ ìåÉ åÌáÀçÆøÆá äåÌà äåÉøÅâ; àÅìÈà îÈùÑÈì, åÀäÇëÌÉì îÈùÑÈì.
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9
Entonces, ¿qué significa lo dicho en la Torá: "y bajo sus pies"
(Ex. 24:10), "escritas por el dedo de Dios"
(Ex. 31:18; Dt. 9:10),
"la mano del Señor" (Ex. 9:3;
Nm. 11:23; Dt. 2:15),
"los ojos del Señor" (Dt. 11:12), "oídos del
Señor" (Nm. 11:1;
Nm. 11:18),
y cosas por el estilo?
Todo se adapta a la capacidad de percepción de los humanos ya que
éstos no comprenden sino lo corpóreo; así que la Torá utilizó
lingüística humana. No siendo lo mencionado sino motes, como está escrito:
"Si afilara el brillo de mi espada" (Dt. 32:41), ¿es
qué acaso tiene un espada y con ella mata? No, sino es una ejemplificación, siendo
todo lo anterior ejemplificaciones.
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é
øÀàÈéÈä ìÀãÈáÈø æÆä, ùÑÆðÌÈáÄéà àÆçÈã àåÉîÅø ùÑÆøÈàÈä äÇ÷ÌÈãåÉùÑ áÌÈøåÌêÀ äåÌà "ìÀáåÌùÑÅäÌ ëÌÄúÀìÇâ çÄåÌÈø" (ãðééàì æ,è), åÀàÇçÅø øÈàÈäåÌ "çÂîåÌõ áÌÀâÈãÄéí îÄáÌÈöÀøÈä" (éùòéäå ñâ,à); åÌîÉùÑÆä øÇáÌÅðåÌ òÇöÀîåÉ øÈàÈäåÌ òÇì äÇéÌÈí ëÌÀâÄáÌåÉø òåÉùÒÅä îÄìÀçÈîÈä, åÌáÀñÄéðÇé ëÌÄùÑÀìÄéçÇ öÄáÌåÌø òÈèåÌó. ìåÉîÇø ùÑÀàÅéï ìåÉ ãÌÀîåÌú åÀöåÌøÈä, àÅìÈà äÇëÌÉì áÌÀîÇøÀàÅä äÇðÌÀáåÌàÈä åÌáÇîÌÇçÂæÆä. åÇàÂîÄúÌÇú äÇãÌÈáÈø, àÅéï ãÌÇòÀúÌåÉ ùÑÆìÌÈàÈãÈí éÀëåÌìÈä ìÀäÇùÌÒÄéâåÉ åÌìÀçÈ÷ÀøåÉ; åÀæÆä äåÌà ùÑÆàÈîÇø äÇëÌÈúåÌá "äÇçÅ÷Æø àÁìåÉäÌÇ, úÌÄîÀöÈà; àÄí òÇã-úÌÇëÀìÄéú ùÑÇãÌÇé, úÌÄîÀöÈà" (àéåá éà,æ).
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10
Un prueba de tal cosa es que un profeta vió a Dios, bendito Sea, "su vestido como
la blanca nieve" (Dn. 7:9), mientras otro le vió
"de escarlato ropaje desde Batserá" (Is. 63:1);
viéndole Moshé Rabenu mismo sobre el mar como un valiente guerrero y vióle en el
Sinaí
cubierto como un Sheliaj Tsibur. Es decir que Él no tiene ni apariencia ni forma
alguna, atribuyéndosele toda figuración a la profecía y a la visión. Y siendo
la veracidad inherente imposible de ser comprendida y excogitada por raciocinio humano,
refiriéndose a ésto la Escritura al decir "¿acaso la disquisición de Dios
lograrás? o ¿acaso la finalidad del Todopoderoso discernirás?"
(Jb. 11:7).
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éà
[é] îÇä äåÌà æÆä ùÑÆáÌÄ÷ÌÇùÑ îÉùÑÆä øÇáÌÅðåÌ ìÀäÇùÌÒÄéâ ëÌÀùÑÆàÈîÇø "äÇøÀàÅðÄé ðÈà, àÆú-ëÌÀáÉãÆêÈ" (ùîåú ìâ,éç)--áÌÄ÷ÌÇùÑ ìÅéãÇò àÂîÄúÌÇú äÄîÌÈöÀàåÉ ùÑÆìÌÀäÇ÷ÌÈãåÉùÑ áÌÈøåÌêÀ äåÌà, òÇã ùÑÆéÌÄäÀéÆä éÈãåÌòÇ áÌÀìÄáÌåÉ ëÌÀîåÉ éÀãÄéòÇú àÆçÈã îÄï äÈàÂðÈùÑÄéí ùÑÆøÈàÈä ôÌÈðÈéå åÀðÆçÀ÷À÷Èä öåÌøÈúåÉ áÌÀ÷ÄøÀáÌåÉ, ùÑÆðÌÄîÀöÈà àåÉúåÉ äÈàÄéùÑ ðÄôÀøÈã áÌÀãÇòÀúÌåÉ îÄùÌÑÀàÈø äÈàÂðÈùÑÄéí; ëÌÈêÀ áÌÄ÷ÌÇùÑ îÉùÑÆä øÇáÌÅðåÌ ìÄäÀéåÉú îÀöÄéàÇú äÇ÷ÌÈãåÉùÑ áÌÈøåÌêÀ äåÌà ðÄôÀøÆãÆú áÌÀìÄáÌåÉ îÄùÌÑÀàÈø îÀöÄéàÇú äÇðÌÄîÀöÈàÄéí, òÇã ùÑÆéÌÅãÇò àÂîÄúÌÇú äÄîÌÈöÀàåÉ ëÌÀîÇä ùÑÀäÄéà. åÆäÁùÑÄéáåÉ áÌÈøåÌêÀ äåÌà ùÑÀàÅéï ëÌåÉçÇ áÌÀãÇòÇú äÈàÈãÈí äÇçÇé ùÑÀäåÌà îÀçËáÌÈø îÄâÌåÌó åÀðÆôÆùÑ, ìÀäÇùÌÒÄéâ àÂîÄúÌÇú ãÌÈáÈø æÆä òÇì áÌÈøÀéåÉ.
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11
¿Qué fue lo que Moshé Rabenu pretendió excogitar cuando dijo: "Ruégote
que me muestres tu gloria"? (Ex. 33:18) Pretendió
entender la veracidad existencial de Dios, bendito Sea, hasta que le sea tan
perceptible como lo es la percepción de cierta persona cuyo rostro viera y
cuya figura se le fijara en su interior, siéndole así ella perceptiblemente
individualizada del resto; asimismo pretendió Moshé Rabenu que la existencia de Dios,
bendito Sea, le fuera individualizada en su corazón de la existencia del resto de lo
existente, hasta que captase su veracidad existencial tal cual es. Y le respondió, bendito
Sea, que el hombre viviente, debido a su constitución corpórea y espiritual, carece de la
capacidad comprensiva necesaria para excogitar la veracidad
de tal cosa plenamente.
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éá
åÀäåÉãÄéòåÉ áÌÈøåÌêÀ äåÌà îÇä ùÑÆìÌÉà éÈãÇò àÈãÈí ìÀôÈðÈéå åÀìÉà éÅãÇò ìÀàÇçÂøÈéå, òÇã ùÑÆäÄùÌÒÄéâ îÅàÂîÄúÌÇú äÄîÌÈöÀàåÉ ãÌÈáÈø ùÑÆðÌÄôÀøÇã äÇ÷ÌÈãåÉùÑ áÌÈøåÌêÀ äåÌà áÌÀãÇòÀúÌåÉ îÄùÌÑÀàÈø äÇðÌÄîÀöÈàÄéí, ëÌÀîåÉ ùÑÆéÌÄôÌÈøÅã àÆçÈã îÄï äÈàÂðÈùÑÄéí ùÑÆøÈàÈä àÂçåÉøÈéå, åÀäÄùÌÒÄéâ ëÌÈì âÌåÌôåÉ åÌîÇìÀáÌåÌùÑåÉ áÌÀãÇòÀúÌåÉ îÄùÌÑÀàÈø äÈàÂðÈùÑÄéí; åÀòÇì ãÌÈáÈø æÆä øÈîÇæ äÇëÌÈúåÌá, åÀàÈîÇø "åÀøÈàÄéúÈ, àÆú-àÂçÉøÈé; åÌôÈðÇé, ìÉà éÅøÈàåÌ" (ùîåú ìâ,ëâ).
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12
Y le explicó, bendito Sea, aquello que nadie que le anteceda supo ni lo sabrá nadie
que le preceda, hasta que excogitó de Su veracidad existencial algo perceptiblemente
diferente en Él respecto del resto de lo existente. Tal cual individualizaría
perceptiblemente a cierta persona, cuya espalda haya visto y haya excogitado todo su cuerpo y su
vestimenta, respecto de otras; y este hecho lo insinuó la Escritura al decir:
"y verás mi espalda, y mi rostro, no lo verás" (Ex. 33:23).
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éâ
[éà] åÀëÅéåÈï ùÑÆðÌÄúÀáÌÈøÇø ùÑÀàÅéðåÌ âÌåÌó åÌâÀåÄéÌÈä, éÄúÀáÌÈàÅø ùÑÆìÌÉà éÆàÆøÀòåÉ åÀìÉà àÆçÈã îÄîÌÀàÉøÀòåÉú äÇâÌåÌó: ìÉà çÄáÌåÌø åÀìÉà ôÌÅøåÌã, åÀìÉà îÈ÷åÉí åÀìÉà îÄãÌÈä, åÀìÉà òÂìÄéÌÈä åÀìÉà éÀøÄéãÈä, åÀìÉà éÈîÄéï åÀìÉà ùÒÀîÉàì, åÀìÉà ôÌÈðÄéí åÀìÉà àÈçåÉø, åÀìÉà éÀùÑÄéáÈä åÀìÉà òÂîÄéãÈä. åÀàÅéðåÌ îÈöåÌé áÌÇæÌÀîÈï, òÇã ùÑÆéÌÄäÀéÆä ìåÉ øÅàùÑÄéú åÀàÇçÂøÄéú åÌîÄðÀéÇï ùÑÈðÄéí; åÀàÅéðåÌ îÄùÑÀúÌÇðÌÆä, ùÑÀàÅéï ìåÉ ãÌÈáÈø ùÑÆéÌÄâÀøÉí ìåÉ ùÑÄðÌåÌé.
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13
Y ya que se ha aclarado que no es ni un cuerpo ni una materia se sobreentiende que no
le acontecería nada que afecte a un cuerpo; ni unión ni escisión, ni sitio ni
dimensión, ni subida ni bajada, ni derecha ni izquierda, ni faz ni reverso, ni asentamiento ni
erguimiento. Y no siendo su existencia temporal, carece de principio y fin, no afectándole el
paso de los años; y no muta ya que no hay nada que le provoque cambio alguno.
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éã
åÀàÅéï ìåÉ ìÉà îÈåÆú åÀìÉà çÇéÌÄéí ëÌÀçÇéÌÅé äÇâÌåÌó äÇçÇé, åÀìÉà ñÄëÀìåÌú åÀìÉà çÈëÀîÈä ëÌÀçÈëÀîÇú äÈàÄéùÑ äÆçÈëÈí, ìÉà ùÑÄéðÈä åÀìÉà äÂ÷ÄéöÈä, åÀìÉà ëÌÇòÇñ åÀìÉà ùÒÀçåÉ÷, åÀìÉà ùÒÄîÀçÈä åÀìÉà òÇöÀáåÌú, åÀìÉà ùÑÀúÄé÷Èä åÀìÉà ãÌÄáÌåÌø ëÌÀãÄáÌåÌø äÈàÈãÈí. ëÌÈêÀ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, àÅéï ìÀîÇòÀìÈä ìÉà éÀùÑÄéáÈä åÀìÉà òÂîÄéãÈä, ìÉà òÉøÆó åÀìÉà òÄôÌåÌé.
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14
Y no le
es peculiar ni la muerte ni la vida -tal cual la vive un cuerpo vivo-, ni la estupidez ni
la sabiduría -cual aquella del hombre sabio-, ni el sueño ni el despertar, ni el enojo
ni la risa, ni la felicidad ni la tristeza, ni el silencio ni el habla -cual el habla humana-.
Tal cual lo dijeran los Sabios: "No hay arriba ni asentamiento ni erguimiento, ni cerviz ni faz".
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[éá] åÀäåÉàÄéì åÀäÇãÌÈáÈø ëÌÈêÀ äåÌà, ëÌÈì äÇãÌÀáÈøÄéí äÇìÌÈìåÌ åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÈäÆï ùÑÆðÌÆàÀîÀøåÌ áÌÇúÌåÉøÈä åÌáÀãÄáÀøÅé ðÀáÄéàÄéí--äÇëÌÉì îÈùÑÈì åÌîÀìÄéöÈä äÆí, ëÌÀîåÉ ùÑÆðÌÆàÁîÈø "éåÉùÑÅá áÌÇùÌÑÈîÇéÄí, éÄùÒÀçÈ÷" (úäéìéí á,ã), "ëÌÄòÂñåÌðÄé áÌÀäÇáÀìÅéäÆí" (ãáøéí ìá,ëà), "ëÌÇàÂùÑÆø-ùÒÈùÒ ä'" (ãáøéí ëç,ñâ), åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÈäÆï. òÇì äÇëÌÉì àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ãÌÄáÌÀøÈä úÌåÉøÈä ëÌÄìÀùÑåÉï áÌÀðÅé àÈãÈí. åÀëÅï äåÌà àåÉîÅø "äÇàÉúÄé äÅí îÇëÀòÄñÄéí" (éøîéäå æ,éè); äÂøÅé äåÌà àåÉîÅø "àÂðÄé ä', ìÉà ùÑÈðÄéúÄé" (îìàëé â,å), åÀàÄìÌåÌ äÈéÈä ôÌÀòÈîÄéí ëÌåÉòÅñ åÌôÀòÈîÄéí ùÒÈîÅçÇ, äÈéÈä îÄùÑÀúÌÇðÌÆä. åÀëÈì äÇãÌÀáÈøÄéí äÈàÅìÌåÌ àÅéðÈí îÀöåÌéÄéí àÅìÈà ìÇâÌåÌôÄéí äÈàÂôÅìÄéí äÇùÌÑÀôÈìÄéí, "ùÑÉëÀðÅé áÈúÌÅé-çÉîÆø--àÂùÑÆø-áÌÆòÈôÈø éÀñåÉãÈí" (àéåá ã,éè). àÂáÈì äåÌà áÌÈøåÌêÀ äåÌà éÄúÀòÇìÌÆä åÀéÄúÀøåÉîÅí, òÇì ëÌÈì æÆä.
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15
Y siendo así, todas aquellas cosas -y sus semejantes- que se dijeran en la Torá y
la profecía no son sino ejemplificaciones y metáforas, como está escrito:
"El que mora en los cielos reirá" (Sal. 2:4),
"ensañáronme con sus nonadas" (Dt. 32:21),
"que como regocíjase el Señor" (Dt. 28:63), y
otras semejantes. Acerca de todo eso dijeron los Sabios: "La Torá utilizó
lingüística humana". Y así también dice Él: "¿Acaso a mí me
encrespan?" (Jr. 7:19); asimismo dice
Él: "el Señor, no mudó" (Ml. 3:6), y de estar a
veces furioso y a veces alegre denotaría mudanzas. Y todas esas reacciones no son propias
sino de los cuerpos toscos y bajos "quienes habitan casas de arcilla cuyos fundamentos
están en el polvo" (Jb. 4:19). Pero Él,
bendito Sea, se eleva y ensalza
allende todo eso.
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