éÅùÑ áÌÄëÀìÈìÈï çÈîÅùÑ îÄöÀååÉú--ùÑÈìåÉùÑ îÄöÀååÉú òÂùÒÅä, åÌùÑÀúÌÇéÄí îÄöÀååÉú ìÉà úÇòÂùÒÆä; åÀæÆä äåÌà ôÌÀøÈèÈï: (à) ìÄùÑÀçÉè åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÉàëÇì; (á) ùÑÆìÌÉà ìÄùÑÀçÉè àåÉúåÉ åÀàÆú áÌÀðåÉ áÌÀéåÉí àÆçÈã; (â) ìÀëÇñÌåÉú ãÌÇí çÇéÌÈä åÈòåÉó; (ã) ùÑÆìÌÉà ìÄ÷ÌÇç äÈàÅí òÇì äÇáÌÈðÄéí; (ä) ìÀùÑÇìÌÇç äÈàÅí, àÄí ìÀ÷ÈçÈäÌ òÇì äÇáÌÈðÄéí.
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Incluyen cinco preceptos, tres positivos y dos negativos,
a saber: (1)
faenar y luego comer; (2)
no faenar a él y a su cría el mismo día; (3)
cubrir tanto la sangre de un animal salvaje como la de un ave; (4)
no apoderarse del ave madre y de sus crías a la vez; (5)
liberar al ave madre si se la ha capturado junto a sus crías.
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