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äÄìÀëÌåÉú úÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä Las Leyes del Estudio de la Torá

ôÌÅøÆ÷ ã Capítulo Cuatro

à àÅéï îÀìÇîÌÀãÄéï ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä àÅìÈà ìÀúÇìÀîÄéã äÈâåÌï ðÈàÆä áÌÀîÇòÂùÒÈéå, àåÉ ìÀúÈí. àÂáÈì àÄí äÈéÈä äåÉìÅêÀ áÌÀãÆøÆêÀ ìÉà èåÉáÈä, îÇçÀæÄéøÄéï àåÉúåÉ ìÇîÌåÌèÈá, åÌîÇðÀäÄéâÄéï àåÉúåÉ áÌÀãÆøÆêÀ éÀùÑÈøÈä, åÌáåÉãÀ÷Äéï àåÉúåÉ; åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ îÇëÀðÄéñÄéï àåÉúåÉ ìÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, åÌîÀìÇîÌÀãÄéï àåÉúåÉ. àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ëÌÈì äÇùÌÑåÉðÆä ìÀúÇìÀîÄéã ùÑÀàÅéðåÌ äÈâåÌï, ëÌÀàÄìÌåÌ æÈøÇ÷ àÆáÆï ìÀîÇøÀ÷ËìÀéÈñ, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ëÌÄöÀøåÉø àÆáÆï, áÌÀîÇøÀâÌÅîÈä--ëÌÅï-ðåÉúÅï ìÄëÀñÄéì, ëÌÈáåÉã" (îùìé ëå,ç): åÀàÅéï "ëÌÈáåÉã" àÅìÈà úÌåÉøÈä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ëÌÈáåÉã, çÂëÈîÄéí éÄðÀçÈìåÌ" (îùìé â,ìä). 1 No ha de enseñársele Torá sino a un estudiante honesto cuyas acciones son decorosas o a uno cándido. Pero de estar siguiendo un mal camino ha de corregírsele, dirigiéndole al camino correcto y ha de examinársele para luego introducirle al Bet Midrash y enseñarle. Dijeron los Sabios: “todo aquel que instruye a un alumno deshonesto es como si le arrojara una pidra a Mercurio, como está escrito: "Como una piedra en la catapulta, así es quien le otorga al imbécil honor" (Pv. 26:8). No habiendo “honor” sino la Torá, como está escrito: "Honor, lo heredarán los sabios" (Pv. 3:35).
á åÀëÅï äÈøÈá ùÑÀàÅéðåÌ äåÉìÅêÀ áÌÀãÆøÆêÀ èåÉáÈä--àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆçÈëÈí âÌÈãåÉì äåÌà, åÀëÈì äÈòÈí öÀøÄéëÄéï ìåÉ--àÅéï îÄúÀìÇîÌÀãÄéï îÄîÌÆðÌåÌ, òÇã ùÑÆéÌÇçÀæÉø ìÇîÌåÌèÈá: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ëÌÄé-ùÒÄôÀúÅé ëÉäÅï éÄùÑÀîÀøåÌ-ãÇòÇú, åÀúåÉøÈä éÀáÇ÷ÀùÑåÌ îÄôÌÄéäåÌ: ëÌÄé îÇìÀàÇêÀ ä'-öÀáÈàåÉú, äåÌà" (îìàëé á,æ). àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, àÄí ãÌåÉîÆä äÈøÈá ìÀîÇìÀàÇêÀ ä' öÀáÈàåÉú, úÌåÉøÈä éÀáÇ÷ÌÀùÑåÌ îÄôÌÄéäåÌ; åÀàÄí ìÈàå, àÇì éÀáÇ÷ÌÀùÑåÌ úÌåÉøÈä îÄôÌÄéäåÌ. 2 Asimismo respecto de un rabino que no anda por el buen sendero. A pesar de que sea un gran sabio necesitado por todo el pueblo, no han de aprender de él hasta que vuelva al buen camino, como está escrito: "Ya que los labios del Kohén conservarán el conocimiento y de él requerirán Torá ya que es un mensajero del Señor de las Huestes" (Ml. 2:7). Dijeron los Sabios: “si el sabio se parece a un mensajero del Señor de las Huestes requerirán Torá de su boca, de lo contrario, no lo harán”.
â [á] ëÌÅéöÇã îÀìÇîÌÀãÄéï: äÈøÈá éåÉùÑÅá áÌÈøÉàùÑ, åÀäÇúÌÇìÀîÄéãÄéí ìÀôÈðÈéå îË÷ÌÈôÄéï òÂèÈøÈä, ëÌÀãÅé ùÑÆéÌÀäåÌ ëÌËìÌÈï øåÉàÄéï àÆú äÈøÈá, åÀùÑåÉîÀòÄéï ãÌÀáÈøÈéå. åÀìÉà éÅùÑÅá äÈøÈá òÇì äÇëÌÄñÌÅà, åÀúÇìÀîÄéãÈéå òÇì äÇ÷ÌÇøÀ÷Èò, àÅìÈà àåÉ äÇëÌÉì òÇì äÈàÈøÆõ, àåÉ äÇëÌÉì òÇì äÇëÌÄñÀàåÉú. åÌáÈøÄàùÑåÉðÈä, äÈéÈä äÈøÈá éåÉùÑÅá åÀäÇúÌÇìÀîÄéãÄéí òåÉîÀãÄéí; åÌîÄ÷ÌÉãÆí çÈøÀáÌÇï áÌÇéÄú ùÑÅðÄé, ðÈäÂâåÌ äÇëÌÉì ìÀìÇîÌÇã ìÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, åÀäÆï éåÉùÑÀáÄéï. 3 ¿Cómo se enseña? el Rabino se sienta a la cabeza y sus alumnos le rodean a forma de corona para que todos vean al Rabino y le escuchen. No ha de sentarse el Rabino en una silla y los alumnos en el suelo, sino todos en el suelo o todos en sillas. Antiguamente el Rabino se sentaba y los alumnos se paraban, habiéndose acostumbrado, antes de la destrucción del templo, a enseñarle a los alumnos estando sentados.
ã [â] àÄí äÈéÈä äÈøÈá îÀìÇîÌÅã îÄôÌÄéå ìÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, îÀìÇîÌÅã. åÀàÄí äÈéÈä îÀìÇîÌÅã òÇì éÀãÅé îÀúÇøÀâÌÅí--äÇîÌÀúÇøÀâÌÅí òåÉîÅã áÌÅéðåÉ åÌáÅéï äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, åÀäÈøÈá àåÉîÅø ìÇîÌÀúÇøÀâÌÅí, åÀäÇîÌÀúÇøÀâÌÅí îÇùÑÀîÄéòÇ ìÀëÈì äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí; åÀëÄùÑÀäÆï ùÑåÉàÂìÄéï ìÇîÌÀúÇøÀâÌÅí, äåÌà ùÑåÉàÅì ìÈøÈá, åÀäÈøÈá îÅùÑÄéá ìÇîÌÀúÇøÀâÌÅí, åÀäÇîÌÀúÇøÀâÌÅí îÅùÑÄéá ìÇùÌÑåÉàÅì. åÀìÉà éÇâÀáÌÄéäÌÇ äÈøÈá ÷åÉìåÉ, éåÉúÅø îÄ÷ÌåÉì äÇîÌÀúÇøÀâÌÅí; åÀìÉà éÇâÀáÌÄéäÌÇ äÇîÌÀúÇøÀâÌÅí ÷åÉìåÉ áÌÀòÅú ùÑÆùÌÑåÉàÅì àÆú äÈøÈá, éåÉúÅø îÄ÷ÌåÉì äÈøÈá. 4 Si el Rabino enseña a los alumnos por sí mismo, que así sea. Si les enseñara por medio de un traductor, el mismo ha de pararse entre él y los alumnos, el Rabino ha de decírselo al traductor y éste a de transmitírselo a los alumnos. Y cuando ellos le pregunten al traductor, él le preguntará al Rabino, y el Rabino le contestará al traductor y éste le responderá a quien preguntara. El Rabino no ha de elevar su voz más que la del traductor y éste no elevará su voz al preguntar al Rabino más que la del Rabino.
ä àÅéï äÇúÌËøÀâÌÀîÈï øÇùÌÑÈàé, ìÉà ìÄôÀçÉú åÀìÉà ìÀäåÉñÄéó åÀìÉà ìÀùÑÇðÌåÉú, àÅìÈà àÄí ëÌÅï äÈéÈä äÇúÌËøÀâÌÀîÈï àÈáÄéå ùÑÆìÌÆçÈëÈí, àåÉ øÄáÌåÉ. àÈîÇø äÈøÈá ìÇúÌËøÀâÌÀîÈï, ëÌÈêÀ àÈîÇø ìÄé øÄáÌÄé, àåÉ ëÌÈêÀ àÈîÇø ìÄé àÇáÌÈà îÈøÄé--ëÌÀùÑÆàåÉîÅø äÇúÌËøÀâÌÀîÈï äÇãÌÀáÈøÄéí ìÈòÈí, àåÉîÀøÈï áÌÀùÑÅí äÆçÈëÈí åÌîÇæÀëÌÄéø ùÑÀîåÉ ùÑÆìÌÇàÂáÄé äÈøÈá àåÉ ùÑÆìÌÀøÄáÌåÉ, åÀàåÉîÅø ëÌÈêÀ àÈîÇø øÇáÌÈðÈà ôÌÀìåÉðÄé, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆìÌÉà äÄæÀëÌÄéø äÆçÈëÈí ùÑÀîåÉ: ùÑÆàÈñåÌø ìåÉ ìÄ÷ÀøåÉú ìÀøÄáÌåÉ àåÉ ìÀàÈáÄéå, áÌÄùÑÀîåÉ. 5 No le está permitido al traductor ni restar ni agregar ni cambiar a menos que fuera el traductor el padre del sabio o su Rabino. Si el Rabino dijera: “así me dijo mi Rabino o así me dijo mi padre e instructor” cuando el traductor trasmite esas cosas al pueblo lo hace en nombre del sabio, mencionando el nombre del padre o del instructor del Rabino, diciendo: “así lo dijo nuestro instructor fulano” a pesar de que el sabio no mencionara su nombre ya que está prohibido que llame a su instructor o su padre por su nombre.
å [ã] äÈøÈá ùÑÆìÌÄîÌÇã åÀìÉà äÅáÄéðåÌ äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, ìÉà éÄëÀòÉñ òÂìÅéäÆí åÀéÄøÀâÌÇæ, àÅìÈà çåÉæÅø åÀùÑåÉðÆä äÇãÌÈáÈø àÇôÄìÌåÌ ëÌÇîÌÈä ôÌÀòÈîÄéí, òÇã ùÑÆéÌÈáÄéðåÌ òÉîÆ÷ äÇäÂìÈëÈä. åÀëÅï ìÉà éÉàîÇø äÇúÌÇìÀîÄéã äÅáÇðÀúÌÄé, åÀäåÌà ìÉà äÅáÄéï, àÅìÈà çåÉæÅø åÀùÑåÉàÅì, àÇôÄìÌåÌ ëÌÇîÌÈä ôÌÀòÈîÄéí. åÀàÄí ëÌÈòÇñ òÈìÈéå øÄáÌåÉ, åÀøÈâÇæ--éÉàîÇø ìåÉ: øÄáÌÄé, úÌåÉøÈä äÄéà, åÀìÄìÀîÉã àÂðÄé öÈøÄéêÀ; åÀãÇòÀúÌÄé ÷ÀöÈøÈä. 6 De haber enseñado el Rabino y no haber comprendido los alumnos, no ha de enfadarse ni disgustarse sino volvera a repetirlo incluso varias veces hasta que comprendan el quid de la “halakhá”. Asimismo no dirá el alumno: “he entendido”, de no haberlo hecho sino volverá a preguntar incluso varias veces. Y si se enfadara su Rabino y se disgustara, él le dirá: “Maestro, esto es Torá y debo aprenderla y mi comprensión es escasa”.
æ [ä] ìÉà éÄäÀéÆä äÇúÌÇìÀîÄéã áÌåÉùÑ îÅçÂáÅøÈéå ùÑÆìÌÈîÀãåÌ îÄôÌÇòÇí øÄàùÑåÉðÈä àåÉ ùÑÀðÄéÌÈä, åÀäåÌà ìÉà ìÈîÇã àÅìÈà àÇçÇø ëÌÇîÌÈä ôÌÀòÈîÄéí: ùÑÀàÄí ðÄúÀáÌÇéÌÇùÑ îÄãÌÈáÈø æÆä--ðÄîÀöÈà ðÄëÀðÈñ åÀéåÉöÆà ìÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, åÀäåÌà àÅéðåÌ ìÈîÅã ëÌÀìåÌí. ìÀôÄéëÌÈêÀ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí äÈøÄàùÑåÉðÄéí, àÅéï äÇáÌÇéÀùÑÈï ìÈîÅã, åÀìÉà äÇ÷ÌÇôÀãÌÈï îÀìÇîÌÅã. 7 Un alumno no ha de avergonzarse por que sus condiscípulos entendieron de entrada o la segunda vez mientras él no entendió sino después de varias veces ya que si se avergonzara de tal cosa entraría y saldría del Bet Midrash sin aprender nada. Por lo tanto dijeron los antiguos Sabios: “ni el vergonzoso aprende ni el estricto enseña”.
ç áÌÇîÌÆä ãÌÀáÈøÄéí àÂîåÌøÄéí, áÌÄæÀîÈï ùÑÆìÌÉà äÅáÄéðåÌ äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí äÇãÌÈáÈø îÄôÌÀðÅé òÈîÀ÷åÉ, àåÉ îÄôÌÀðÅé ãÌÇòÀúÌÈï ùÑÀäÄéà ÷ÀöÈøÈä; àÂáÈì àÄí ðÄëÌÈø ìÈøÈá ùÑÀäÆï îÄúÀøÇùÌÑÀìÄéï áÌÀãÄáÀøÅé úÌåÉøÈä åÌîÄúÀøÇôÌÄéï òÂìÅéäÆï, åÌìÀôÄéëÌÈêÀ ìÉà äÅáÄéðåÌ--çÇéÌÈá ìÄøÀâÉæ òÂìÅéäÆï åÌìÀäÇëÀìÄéîÈï áÌÄãÀáÈøÄéí, ëÌÀãÅé ìÀçÇãÌÀãÈï; åÌáÀòÄðÀéÈï æÆä àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, æÀøÉ÷ îÈøÈä áÌÇúÌÇìÀîÄéãÄéí. 8 ¿A que casos se hace referencia? a aquellos en que los alumnos no han entendido el asunto debido a su complejidad o debido a su escasa comprensión, pero si el Rabino se percata de que su negligencia o su dejadez respecto de la Torá les impide entender, debe regañarles y avergonzarles para agudizarles; habiéndose referido los Sabios a esto así: “¡Causale amargura a los alumnos!”.
è ìÀôÄéëÌÈêÀ àÅéï øÈàåÌé ìÈøÈá ìÄðÀäÉâ ÷ÇìÌåÌú øÉàùÑ áÌÄôÀðÅé äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, åÀìÉà ìÄùÒÀçÉ÷ áÌÄôÀðÅéäÆí, åÀìÉà ìÆàÁëÉì åÀìÄùÑÀúÌåÉú òÄîÌÈäÆí--ëÌÀãÅé ùÑÆúÌÀäÆà àÅéîÈúåÉ òÂìÅéäÆï, åÀéÄìÀîÀãåÌ îÄîÌÆðÌåÌ áÌÄîÀäÅøÈä. 9 Por lo tanto no es apropiado que el Rabino sea frívolo ante los alumnos ni que se divierta ante ellos ni que coma ni beba con ellos para que le teman y aprendan de él rápidamente.
é [å] àÅéï ùÑåÉàÂìÄéï àÆú äÈøÈá ëÌÀùÑÆéÌÄëÌÈðÅñ ìÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, òÇã ùÑÆúÌÄúÀéÇùÌÑÇá ãÌÇòÀúÌåÉ òÈìÈéå; åÀàÅéï äÇúÌÇìÀîÄéã ùÑåÉàÅì ëÌÀùÑÆéÌÄëÌÈðÅñ, òÇã ùÑÆéÌÅùÑÅá åÀéÈðåÌçÇ. åÀàÅéï ùÑåÉàÂìÄéï ùÑÀðÇéÄí, ëÌÀàÆçÈã. åÀàÅéï ùÑåÉàÂìÄéï àÆú äÈøÈá îÅòÄðÀéÈï àÇçÅø, àÅìÈà îÅàåÉúåÉ äÈòÄðÀéÈï ùÑÀäÆï òåÉñÀ÷Äéï áÌåÉ, ëÌÀãÅé ùÑÆìÌÉà éÄúÀáÌÇéÌÇùÑ. åÀéÅùÑ ìÈøÈá ìÀäÇèÀòåÉú àÆú äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí áÌÄùÑÀàÅìåÉúÈéå, åÌáÇîÌÇòÂùÒÄéí ùÑÆòåÉùÒÆä áÌÄôÀðÅéäÆí, ëÌÀãÅé ìÀçÇãÌÀãÈï, åÌëÀãÅé ùÑÆéÌÅãÇò àÄí æåÉëÀøÄéí äÆí îÇä ùÑÆìÌÄîÌÀãÈí àåÉ àÅéðÈí æåÉëÀøÄéí. åÀàÅéï öÈøÄéêÀ ìåÉîÇø, ùÑÆéÌÅùÑ ìåÉ øÀùÑåÌú ìÄùÑÀàÉì àåÉúÈï áÌÀòÄðÀéÈï àÇçÅø ùÑÀàÅéðÈï òåÉñÀ÷Äéï áÌåÉ, ëÌÀãÅé ìÀæÈøÀæÈï. 10 No ha de interrogársele al Rabino al entrar al Bet Midrash hasta que se concentre ni ha de preguntar un alumno al entrar hasta que se siente y descanse. Tampoco han de preguntar dos a la vez. Ni han de preguntarle al Rabino acerca de otro asunto sino acerca de aquel del cual se ocupan para no avergonzarle. El Rabino ha de confundir a los alumnos con sus preguntas y realizando ante ellos cosas que les agudicen para que sepa si recuerdan lo que les enseñara o no. Demás está decir que tiene derecho a preguntarles acerca de un asunto del que no se están ocupando para agilizarlos.
éà [æ] àÅéï ùÑåÉàÂìÄéï îÅòåÉîÅã, åÀàÅéï îÀùÑÄéáÄéï îÅòåÉîÅã; åÀìÉà îÄâÌÈáåÉäÌÇ åÀìÉà îÅøÈçåÉ÷, åÀìÉà îÅàÂçåÉøÅé äÇæÌÀ÷ÅðÄéí. åÀàÅéï ùÑåÉàÂìÄéï àÆú äÈøÈá àÅìÈà áÌÈòÄðÀéÈï, åÀàÅéï ùÑåÉàÂìÄéï àÅìÈà îÄéÌÄøÀàÈä; åÀìÉà éÄùÑÀàÇì áÌÈòÄðÀéÈï, éåÉúÅø îÄùÌÑÈìåÉùÑ äÂìÈëåÉú. 11 No se pregunta de pie ni se responde de pie, ni desde lo alto ni de lejos; ni desde detrás de los Sabios. Ni tampoco se le pregunta al Rabino sino acerca del tema, no haciéndolo sino con temor; tampoco se pregunta acerca del asunto más de tres halakhot.
éá [ç] ùÑÀðÇéÄí ùÑÆùÌÑÈàÂìåÌ--ùÑÈàÇì àÆçÈã áÌÈòÄðÀéÈï åÀùÑÈàÇì àÆçÈã ùÑÆìÌÉà áÌÈòÄðÀéÈï, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÈòÄðÀéÈï; îÇòÂùÒÆä åÌùÑÀàÅéðåÌ îÇòÂùÒÆä, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇîÌÇòÂùÒÆä; äÂìÈëÈä åÌîÄãÀøÈùÑ, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇäÂìÈëÈä; îÄãÀøÈùÑ åÀäÇâÌÈãÈä, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇîÌÄãÀøÈùÑ; äÇâÌÈãÈä åÀ÷Çì åÀçÉîÆø, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇ÷ÌÇì åÀçÉîÆø; ÷Çì åÀçÉîÆø åÌâÀæÅøÈä ùÑåÉåÈä, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇ÷ÌÇì åÀçÉîÆø. 12 Si dos preguntaran, uno sobre lo estudiado y el otro no, se atenderá al primero; uno sobre un hecho y el otro sobre algo teórico, se atenderá al primero; uno sobre una halakhá y el otro sobre un midrash, se atenderá al primero; uno sobre un midrash y el otro sobre una hagadá, se atenderá al primero; uno sobre una hagadá y el otro sobre un qal va-jomer, se atenderá al segundo; uno sobre un qal va-jomer y el otro sobre una guezerá shová, se atenderá al primero.
éâ äÈéåÌ äÇùÌÑåÉàÂìÄéï àÆçÈã çÈëÈí åÀàÆçÈã úÌÇìÀîÄéã, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÆçÈëÈí; úÌÇìÀîÄéã åÀòÇí äÈàÈøÆõ, ðÄæÀ÷È÷Äéï ìÇúÌÇìÀîÄéã. ùÑÀðÅéäÆí çÂëÈîÄéí, ùÑÀðÅéäÆí úÌÇìÀîÄéãÄéí, ùÑÀðÅéäÆí òÇîÌÅé äÈàÈøÆõ, ùÑÈàÂìåÌ ùÑÀðÅéäÆí áÌÄùÑÀúÌÅé äÂìÈëåÉú, àåÉ áÌÄùÑÀúÌÅé ùÑÀàÅìåÉú, ùÑÀúÌÅé úÌÀùÑåÌáåÉú, ùÑÀúÌÅé îÇòÂùÒÄéí--äÈøÀùÑåÌú áÌÀéÇã äÇúÌËøÀâÌÀîÈï, îÅòÇúÌÈä. 13 Si quienes preguntaran fueran un Sabio y un alumno, se atenderá al Sabio; de tratarse de un alumno y un ignorante, ha de atenderse al alumno. De ser ambos Sabios, ambos estudiantes o ambos ignorantes; de haber preguntado ambos acerca de dos halakhot o dos preguntas o dos hechos, entonces el traductor decidirá a quién dirigirse primero.
éã [è] àÅéï éÀùÑÅðÄéí áÌÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ. åÀëÈì äÇîÌÄúÀðÇîÀðÅí áÌÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, çÈëÀîÈúåÉ ðÇòÂùÒÅéú ÷ÀøÈòÄéí ÷ÀøÈòÄéí; åÀëÅï àÈîÇø ùÑÀìÉîÉä áÌÀçÈëÀîÈúåÉ, "åÌ÷ÀøÈòÄéí, úÌÇìÀáÌÄéùÑ ðåÌîÈä" (îùìé ëâ,ëà). åÀàÅéï îÀñÄéçÄéï áÌÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, àÅìÈà áÌÀãÄáÀøÅé úÌåÉøÈä áÌÄìÀáÈã: àÇôÄìÌåÌ îÄé ùÑÆðÌÄúÀòÇèÌÇùÑ, àÅéï àåÉîÀøÄéï ìåÉ øÀôåÌàÈä áÌÀáÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ; åÀàÅéï öÈøÄéêÀ ìåÉîÇø, ùÑÀàÈø äÇãÌÀáÈøÄéí. åÌ÷ÀãËùÌÑÇú áÌÅéú äÇîÌÄãÀøÈùÑ, çÂîåÌøÈä îÄ÷ÌÀãËùÌÑÇú áÌÈúÌÅé ëÌÀðÈñÄéÌåÉú. 14 No se duerme en un Bet Midrash. A todo aquel que dormita en el Bet Midrash se le desgarra su sabiduría, como lo dijera Shelomó: "y de harapos te vestirá el sueño" (Pr. 23:21). No se ha de conversar en el Bet Midrash sino acerca de la Torá. Incluso si alguien estornuda no se le dice ¡Salud!, y demáa está mencionar otras cosas. La santidad del Bet Midrash es mayor que la de las sinagogas.

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