à
çÈëÈí æÈ÷Åï áÌÀçÈëÀîÈä, åÀëÅï ðÈùÒÄéà àåÉ àÈá áÌÅéú ãÌÄéï, ùÑÆñÌÈøÇç--àÅéï îÀðÇãÌÄéï àåÉúåÉ áÌÀôÇøÀäÆñÀéÈä ìÀòåÉìÈí, àÅìÈà àÄí ëÌÅï òÈùÒÈä ëÌÀéÈøÈáÀòÈí áÌÆï ðÀáÈè åÇçÂáÅøÈéå. àÂáÈì ëÌÀùÑÆçÈèÈà ùÑÀàÈø çÇèÌÈàåÉú, îÇìÀ÷Äéï àåÉúåÉ áÌÀöÄðÀòÈä: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀëÈùÑÇìÀúÌÈ äÇéÌåÉí, åÀëÈùÑÇì âÌÇí-ðÈáÄéà òÄîÌÀêÈ ìÈéÀìÈä" (äåùò ã,ä)--àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆëÌÈùÑÇì, ëÌÇñÌÅäåÌ ëÌÇìÌÇéÀìÈä. åÀàåÉîÀøÄéï ìåÉ, äÄëÌÈáÅã åÀùÑÅá áÌÀáÅéúÈêÀ.
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1
Ni a un Sabio de renombre ni a un Ab Bet Dín ni a un Nasí que
huele mal no ha de alejársele públicamente nunca sino sólo si se comportara como Iorab`am ben Nebat y sus secuaces. Sin embargo de cometer otras transgresiones ha de flagelárselo en privado, como está escrito: "Tropezaste hoy y ha de tropezar también el profeta contigo por la noche"
(Os. 4:5). A pesar de haber tropezado encúbrelo como la noche. Le dirán: “¡hónrate, permanece en tu casa!”.
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á
åÀëÅï ëÌÈì úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí ùÑÆðÌÄúÀçÇéÌÇá ðÄãÌåÌé--àÈñåÌø ìÀáÅéú ãÌÄéï ìÄ÷ÀôÌÉõ åÌìÀðÇãÌåÉúåÉ áÌÄîÀäÅøÈä, àÅìÈà áÌåÉøÀçÄéï îÄãÌÈáÈø æÆä åÀðÄùÑÀîÈèÄéï îÄîÌÆðÌåÌ. åÇçÂñÄéãÅé äÇçÂëÈîÄéí äÈéåÌ îÄùÑÀúÌÇáÌÀçÄéï, ùÑÆìÌÉà ðÄîÀðåÌ îÅòåÉìÈí ìÀðÇãÌåÉú úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆðÌÄîÀðÄéï ìÀäÇìÀ÷åÉúåÉ, àÄí ðÄúÀçÇéÌÇá îÇìÀ÷åÌú; åÀàÇôÄìÌåÌ îÇëÌÇú îÇøÀãÌåÌú, ðÄîÀðÄéï òÈìÈéå ìÀäÇëÌåÉúåÉ.
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2
Asimismo a todo Sabio que se merezca Nidúy. Está prohibido que un Bet Dín súbitamente resuelva separarlo sino han de
eludirlo y evitarlo. Los Sabios piadosos se enorgullecían de que jamás participaran de una votación destinada a separar a un Sabio, a pesar de que lo hacen para
flagelarlo, de merecérselo, e incluso para darle
Makat Mardut.
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â
[á] åÀëÅéöÇã äåÌà äÇðÌÄãÌåÌé, àåÉîÀøÄéï ôÌÀìåÉðÄé áÌÀùÑÇîÀúÌÈà; åÀàÄí ðÄãÌåÌäåÌ áÌÀôÈðÈéå, àåÉîÀøÄéï ôÌÀìåÉðÄé æÆä. åÀäÇçÅøÆí, àåÉîÀøÄéï ôÌÀìåÉðÄé îËçÀøÈí. åÀàÈøåÌø, áÌåÉ àÈìÈä, áÌåÉ ùÑÀáåÌòÈä, áÌåÉ ðÄãÌåÌé.
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3
¿Cómo se
separa? dicen: “¡fulano en
Shamtá!”; de declarárselo en su presencia dicen: “¡éste...!”. Tratándose de un
Jerem dicen: “¡fulano
mujram, es maldito, está maldito, está juramentado, está separado!”.
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ã
[â] åÀëÅéöÇã îÇúÌÄéøÄéï äÇðÌÄãÌåÌé àåÉ äÇçÅøÆí--àåÉîÀøÄéï ìåÉ, ùÑÈøåÌé ìÈêÀ åÌîÈçåÌì ìÈêÀ; åÀàÄí äÄúÌÄéøåÌäåÌ ùÑÆìÌÉà áÌÀôÈðÈéå, àåÉîÀøÄéï ôÌÀìåÉðÄé ùÑÈøåÌé ìåÉ åÌîÈçåÌì ìåÉ.
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4
¿Cómo se levanta el Nidúy o el Jerem? le dicen: “¡te está permitido y perdonado!”; de hacerlo en su ausencia dicen: “¡a fulano le está permitido y perdonado!”
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ä
[ã] îÇä äåÌà äÇîÌÄðÀäÈâ ùÑÆéÌÄðÀäÉâ äÇîÌÀðËãÌÆä áÌÀòÇöÀîåÉ, åÀùÑÆðÌåÉäÂâÄéï òÄîÌåÉ--îÀðËãÌÆä àÈñåÌø ìÀñÇôÌÇø åÌìÀëÇáÌÇñ ëÌÀàÈáÅì, ëÌÈì éÀîÅé ðÄãÌåÌéåÉ. åÀàÅéï îÀæÈîÀðÄéï òÈìÈéå, åÀìÉà ëÌåÉìÀìÄéï àåÉúåÉ áÌÇòÂùÒÈøÈä ìÀëÈì ãÌÈáÈø ùÑÆöÌÈøÄéêÀ òÂùÒÈøÈä; åÀìÉà éåÉùÑÀáÄéï òÄîÌåÉ, áÌÀàÇøÀáÌÇò àÇîÌåÉú. àÂáÈì ùÑåÉðÆä äåÌà ìÇàÂçÅøÄéí, åÀùÑåÉðÄéï ìåÉ; åÀðÄùÒÀëÌÈø, åÀùÒåÉëÅø. åÀàÄí îÅú áÌÀðÄãÌåÌéåÉ--áÌÅéú ãÌÄéï ùÑåÉìÀçÄéï åÌîÇðÌÄéçÄéï àÆáÆï òÇì àÂøåÉðåÉ, ëÌÀìåÉîÇø ùÑÀäÆï øåÉâÀîÄéï àåÉúåÉ, ìÀôÄé ùÑÀäåÌà îËáÀãÌÈì îÄï äÇöÌÄáÌåÌø; åÀàÅéï öÈøÄéêÀ ìåÉîÇø ùÑÀàÅéï îÇñÀôÌÄéãÄéï àåÉúåÉ, åÀàÅéï îÀìÇåÌÄéï àÆú îÄèÌÈúåÉ.
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5
¿Cómo ha de comportarse un separado respecto de sí mismo y cómo ha de tratárselo? le está prohibido cortarse el pelo y lavarse la ropa, como a alguien de duelo, mientras rija su Nidúy. No se le integra a un
Zimún ni se lo tiene en cuenta entre
“diez” para toda cosa que requiera diez, tampoco han de sentarse a cuatro codos de él. Sin embargo él instruye a otros y viceversa; y es contratado y contrata. De morir en Nidúy el Bet Dín manda colocar una piedra sobre su féretro, es decir que lo apedrean ya que
está apartado del público; demás está decir que no se pronuncia
“hesped” ni se acompaña a
su cama.
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å
[ä] éÈúÅø òÈìÈéå äÇîÌËçÀøÈí--ùÑÀàÅéðåÌ ùÑåÉðÆä ìÇàÂçÅøÄéí, åÀàÅéï ùÑåÉðÄéï ìåÉ; àÂáÈì ùÑåÉðÆä äåÌà ìÀòÇöÀîåÉ, ëÌÀãÅé ùÑÆìÌÉà éÄùÑÀëÌÇç úÌÇìÀîåÌãåÉ. åÀàÅéðåÌ ðÄùÒÀëÌÈø, åÀàÅéï ðÄùÒÀëÌÈøÄéï ìåÉ; åÀàÅéï ðåÉùÒÀàÄéï åÀðåÉúÀðÄéï òÄîÌåÉ, åÀàÅéï îÄúÀòÇñÌÀ÷Äéï òÄîÌåÉ, àÅìÈà îÀòÇè òÂñÈ÷, ëÌÀãÅé ôÌÇøÀðÈñÈúåÉ.
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6
Más que a él le rige al Mujram ya que no instruye ni se le instruye, pero se instruye a sí mismo para que no olvide lo aprendido. Asimismo no es contratado ni contrata ni negocian con él ni comercian con él sino lo mínimo necesario para su sustento.
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æ
[å] îÄé ùÑÆéÌÈùÑÇá áÌÀðÄãÌåÌéåÉ ùÑÀìåÉùÑÄéí éåÉí, åÀìÉà áÄ÷ÌÇùÑ ìÀäÇúÌÄéøåÉ--îÀðÇãÌÄéï àåÉúåÉ ùÑÀðÄéÌÈä; éÈùÑÇá ùÑÀìåÉùÑÄéí éåÉí àÂçÅøÄéí, åÀìÉà áÄ÷ÌÇùÑ ìÀäÇúÌÄéøåÉ--îÇçÀøÄéîÄéï àåÉúåÉ.
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7
A quien haya estado separado treinta días sin pedir que se le levante, se le declara Nidúy nuevamente; de permanecer treinta días más sin solicitar que se le levante, se le dicta Jerem.
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ç
[æ] áÌÀëÇîÌÈä îÇúÌÄéøÄéï äÇðÌÄãÌåÌé àåÉ äÇçÅøÆí--áÌÄùÑÀìåÉùÑÈä, àÇôÄìÌåÌ äÄãÀéåÉèåÉú; åÀéÈçÄéã îËîÀçÆä, îÇúÌÄéø äÇðÌÄãÌåÌé ìÀáÇãÌåÉ. åÀéÅùÑ ìÇúÌÇìÀîÄéã ìÀäÇúÌÄéø äÇðÌÄãÌåÌé àåÉ äÇçÅøÆí, åÀàÇôÄìÌåÌ áÌÄîÀ÷åÉí äÈøÈá. [ç] .
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8
¿Cúantos levantan un Nidúy o un Jerem? tres, incluso bisoños; pero un especialista levanta un Nidúy por sí solo. Asimismo puede un alumno levantar un Nidúy o Jerem, incluso en lugar de su Rav.
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è
ùÑÀìåÉùÑÈä ùÑÆðÌÄãÌåÌ åÀäÈìÀëåÌ ìÈäÆï, åÀçÈæÇø æÆä îÄãÌÈáÈø ùÑÆðÌÄãÌåÌäåÌ áÌÄâÀìÈìåÉ--áÌÈàÄéï ùÑÀìåÉùÑÈä àÂçÅøÄéí, åÌîÇúÌÄéøÄéï ìåÉ. [é] îÄé ùÑÆìÌÉà éÈãÇò îÄé ðÄãÌÈäåÌ, éÅìÅêÀ àÅöÆì äÇðÌÈùÒÄéà åÀéÇúÌÄéø ìåÉ ðÄãÌåÌéåÉ.
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9
Si tres le dictaran a alguien Nidúy y se marcharan y, mientras tanto, se arrepintiera de lo que hizo el separado; vienen otros tres y se lo levantan. Quien no sepa quién le ha separado irá a lo del
Nasí y él se lo levantará.
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é
[éà] ðÄãÌåÌé òÇì úÌÀðÈàé, àÇôÄìÌåÌ îÄôÌÄé òÇöÀîåÉ--öÈøÄéêÀ äÂôÈøÈä. úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí ùÑÆðÌÄãÌÈä òÇöÀîåÉ, åÀàÇôÄìÌåÌ ðÄãÌÈä òÇöÀîåÉ òÇì ãÌÇòÇú ôÌÀìåÉðÄé, åÀàÇôÄìÌåÌ òÇì ãÌÈáÈø ùÑÆçÇéÌÈá òÈìÈéå ðÄãÌåÌé--äÂøÅé æÆä îÅôÅø ìÀòÇöÀîåÉ.
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10
Un Niduy
acondicionado, incluso personal, requiere una
anulación. Un Talmid Jakhamim que se separó a sí mismo, he incluso de haberlo hecho
debido a la opinión de otro, e incluso tratándose de algo por lo que se
lo merece, puede anulárselo a sí mismo.
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éà
[éá] îÄé ùÑÆðÌÄãÌåÌäåÌ áÌÇçÂìåÉí, àÇôÄìÌåÌ éÈãÇò îÄé ðÄãÌÈäåÌ--öÈøÄéêÀ òÂùÒÈøÈä áÌÀðÅé àÈãÈí ùÑÆùÌÑåÉðÄéï äÂìÈëåÉú, ìÀäÇúÌÄéøåÉ îÄðÌÄãÌåÌéåÉ; åÀàÄí ìÉà îÈöÈà, èåÉøÅçÇ àÇçÂøÅéäÆí òÇã ôÌÇøÀñÈä. ìÉà îÈöÈà, îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ òÂùÒÈøÈä ùÑÆùÌÑåÉðÄéï îÄùÑÀðÈä; ìÉà îÈöÈà, îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ îÄé ùÑÆéÌåÉãÀòÄéï ìÄ÷ÀøåÉú áÌÇúÌåÉøÈä; ìÉà îÈöÈà, îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ àÇôÄìÌåÌ òÂùÒÈøÈä ùÑÀàÅéðÈï éåÉãÀòÄéï ìÄ÷ÀøåÉú. ìÉà îÈöÈà áÌÄîÀ÷åÉîåÉ òÂùÒÈøÈä, îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ àÇôÄìÌåÌ ùÑÀìåÉùÑÈä.
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11
Aquel a quien se le separe en un sueño, incluso si sabe quien lo ha hecho, necesita que diez varones versados en Halakhot se lo levanten; de no hallarlos ha de procurarlos hasta a una
“parsa”. De no hallarlos, han de levantárselo diez versados en Mishná; de no hallarlos, han de levantárselo quienes sepan leer la Torá; de no hallarlos, han de levantárselo incluso diez que no sepan leer. De no hallar en su localidad diez, han de levantárselo incluso tres.
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éá
[éâ] îÄé ùÑÆðÌÄãÌåÌäåÌ áÌÀôÈðÈéå, àÅéï îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ àÅìÈà áÌÀôÈðÈéå; ðÄãÌåÌäåÌ ùÑÆìÌÉà áÌÀôÈðÈéå, îÇúÌÄéøÄéï ìåÉ áÌÅéï áÌÀôÈðÈéå áÌÅéï ùÑÆìÌÉà áÌÀôÈðÈéå. åÀàÅéï áÌÅéï ðÄãÌåÌé ìÇäÂôÈøÈä ëÌÀìåÌí, àÅìÈà îÀðÇãÌÄéï åÌîÇúÌÄéøÄéï áÌÀøÆâÇò àÆçÈã, ëÌÀùÑÆéÌÇçÀæÉø äÇîÌÀðËãÌÆä ìÇîÌåÌèÈá. åÀàÄí øÈàåÌ áÌÅéú ãÌÄéï ìÀäÇðÌÄéçÇ æÆä áÌÀðÄãÌåÌéåÉ ëÌÇîÌÈä ùÑÈðÄéí, îÇðÌÄéçÄéï ëÌÀôÄé øÄùÑÀòåÉ.
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12
A aquel que haya sido separado en persona, no se le levanta el Nidúy sino en persona. De
haberlo hecho en su ausencia se lo puede levantar tanto en persona como en su ausencia. No hay entre el Nidúy y su anulación
nada ya que se separa y se anula en un instante, bastando con que se arrepienta el separado. De determinarlo así un Bet Dín puede dejar a alguien separado incluso años, dependiendo de su malicia.
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éâ
åÀëÅï àÄí øÈàåÌ áÌÅéú ãÌÄéï ìÀäÇçÀøÄéí ìÀæÆä ìÀëÇúÌÀçÄìÌÈä, åÌìÀäÇçÀøÄéí îÄé ùÑÆàåÉëÅì òÄîÌåÉ åÀùÑåÉúÆä òÄîÌåÉ àåÉ îÄé ùÑÆéÌÇòÂîÉã òÄîÌåÉ áÌÀàÇøÀáÌÇò àÇîÌåÉú--îÇçÀøÄéîÄéï ëÌÀãÅé ìÀéÇñÌÀøåÉ, åÌëÀãÅé ìÇòÂùÒåÉú ñÀéÈâ ìÇúÌåÉøÈä òÇã ùÑÆìÌÉà éÄôÀøÀöåÌäÈ äÇçÇèÌÈàÄéí.
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13
Asimismo si un Bet Dín determinara que alguien se merece un Jerem, imponiéndoselo también a todo aquel que coma y beba con él y a quien se le aproxime a cuatro codos, ha de imponérselo para
provocarle sufrimiento y
vallar a la Torá para que no le hagan
brechas los transgresores.
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éã
àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆéÌÅùÑ øÀùÑåÌú ìÆçÈëÈí ìÀðÇãÌåÉú ìÄëÀáåÉãåÉ, àÅéðåÌ ùÑÀáÈç ìÀúÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí ìÀäÇðÀäÄéâ òÇöÀîåÉ áÌÀãÈáÈø æÆä, àÅìÈà îÇòÂìÄéí àÈæÀðÈéå îÄãÌÄáÀøÅé òÇîÌÅé äÈàÈøÆõ, åÀìÉà éÈùÑÄéú ìÄáÌåÉ ìÈäÆï--ëÌÀòÄðÀéÈï ùÑÆàÈîÇø ùÑÀìÉîÉä áÌÀçÈëÀîÈúåÉ, "âÌÇí ìÀëÈì-äÇãÌÀáÈøÄéí àÂùÑÆø éÀãÇáÌÅøåÌ, àÇì-úÌÄúÌÅï ìÄáÌÆêÈ" (÷åäìú æ,ëà).
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14
A pesar de que le está permitido a un Sabio separar en
su propio honor, no es loable que un Talmid Jakhamim se comporte así sino ha de hacer oídos sordos a las palabras de los ignorantes y no ha de prestarles atención, tal como lo dijera Shelomó: "Ni prestes atención a todo lo que digan"
(Qo. 7:21).
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èå
åÀëÅï äÈéÈä ãÌÆøÆêÀ çÂñÄéãÄéí äÈøÄàùÑåÉðÄéí--ùÑåÉîÀòÄéï çÆøÀôÌÈúÈï, åÀàÅéðÈï îÀùÑÄéáÄéï; åÀìÉà òåÉã, àÅìÈà ùÑÆîÌåÉçÂìÄéï ìÇîÌÀçÈøÅó åÀñåÉìÀçÄéï ìåÉ. åÇçÂëÈîÄéí âÌÀãåÉìÄéí äÈéåÌ îÄùÑÀúÌÇáÌÀçÄéï áÌÀîÇòÂùÒÅéäÆï äÇðÌÈàÄéí, åÀàåÉîÀøÄéï ùÑÆîÌÅòåÉìÈí ìÉà ðÄãÌåÌ àÈãÈí åÀìÉà äÄçÀøÄéîåÌäåÌ ìÄëÀáåÉãÈï. åÀæåÉ äÄéà ãÌÇøÀëÌÈí ùÑÆìÌÀúÇìÀîÄéãÅé çÂëÈîÄéí, ùÑÆøÈàåÌé ìÅéìÅêÀ áÌÈäÌ.
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15
Tal era la actitud de los
antiguos jasidim, quienes eran afrentados y no respondían; y además perdonaban y disculpaban al insultador. Los grandes Sabios se enorgullecían de sus buenas acciones comentando que nunca habían separado o impuesto Jerem a nadie por
su honor. Tal es el camino seguido por los Sabios, el que es correcto seguir.
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èæ
áÌÇîÌÆä ãÌÀáÈøÄéí àÂîåÌøÄéí, áÌÀùÑÆáÌÄæÌåÌäåÌ àåÉ çÅøÀôåÌäåÌ áÌÇñÌÅúÆø. àÂáÈì úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí ùÑÆáÌÄæÌÈäåÌ àåÉ çÅøÀôåÉ àÈãÈí áÌÀôÇøÀäÆñÀéÈä, àÈñåÌø ìåÉ ìÄîÀçÉì òÇì ëÌÀáåÉãåÉ. åÀàÄí îÈçÇì--ðÆòÀðÈùÑ, îÄôÌÀðÅé ùÑÆæÌÆä áÌÄæÀéåÉï úÌåÉøÈä: àÂáÈì ðåÉ÷Åí åÀðåÉèÅø äÇøÀáÌÅä ëÌÀðÈçÈùÑ, òÇã ùÑÆéÌÀáÇ÷ÌÇùÑ îÄîÌÆðÌåÌ îÀçÄéìÈä; åÀéÄñÀìÇç ìåÉ.
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16
¿A que se hace referencia? a aquel que fuera agraviado o deshonrado en privado, pero a un Talmid Jakhamim que fuera deshonrado en público le está prohibido perdonar y, de hacerlo, sería castigado ya que se trata de la deshonra
de la Torá y, en tal caso, se vengará y será rencoroso como una víbora hasta que
le pida perdón y, entonces, ha de perdonarlo.
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