à
äåÉàÄéì åÇäÂåÈéÇú äÇâÌåÌó áÌÈøÄéà åÀùÑÈìÅí, îÄãÌÇøÀëÅé ä' äåÌà, ùÑÆäÂøÅé àÅé àÄôÀùÑÈø ùÑÆéÌÈáÄéï àåÉ éÅãÇò, åÀäåÌà çåÉìÆä--öÈøÄéêÀ àÈãÈí ìÀäÇøÀçÄé÷ òÇöÀîåÉ îÄãÌÀáÈøÄéí äÇîÌÀàÇáÌÀãÄéï àÆú äÇâÌåÌó, åÌìÀäÇðÀäÄéâ òÇöÀîåÉ áÌÄãÀáÈøÄéí äÇîÌÇáÀøÄéí äÇîÌÇçÂìÄéîÄéí; åÀàÅìÌåÌ äÆï:
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1
Como la salud e integridad del cuerpo son parte integral del
“Sendero de ha-Shem” ya que es imposible que uno entienda o comprenda estando enfermo. Entonces debe el hombre alejarse de toda cosa que perjudique al cuerpo y acostumbrarse a aquello que le es saludable y revitalizador, tratándose de:
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á
ìÀòåÉìÈí ìÉà éÉàëÇì àÈãÈí, àÅìÈà ëÌÄùÑÀäåÌà øÈòÅá; åÀìÉà éÄùÑÀúÌÆä, àÅìÈà ëÌÄùÑÀäåÌà öÈîÅà. åÀàÇì éÇùÑÀäÆä ðÀ÷ÈáÈéå, åÀàÇôÄìÌåÌ øÆâÇò àÆçÈã, àÅìÈà ëÌÈì æÀîÈï ùÑÆöÌÈøÄéêÀ ìÀäÇùÑÀúÌÄéï àåÉ ìÀäÈñÅêÀ àÆú øÇâÀìÈéå, éÇòÂîÉã îÄéÌÈã.
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2
que nunca coma uno sino al tener hambre, ni tampoco beberá sino al tener sed. Tampoco demorará uno en ir de cuerpo, ni siquiera un instante, sino en cuanto deba orinar o defecar lo hará.
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â
[á] ìÉà éÉàëÇì àÈãÈí òÇã ùÑÆúÌÄúÀîÇìÌÅà ëÌÀøÅñåÉ, àÅìÈà éÄôÀçÉú ëÌÀîåÉ øÀáÄéòÇ îÄùÌÒÈáÀòÈúåÉ. åÀìÉà éÄùÑÀúÌÆä îÇéÄí áÌÀúåÉêÀ äÇîÌÈæåÉï, àÅìÈà îÀòÇè åÌîÈæåÌâ áÌÀéÇéÄï; åÌëÀùÑÆéÌÇúÀçÄéì äÇîÌÈæåÉï ìÀäÄúÀàÇëÌÇì áÌÀîÅòÈéå, ùÑåÉúÆä îÇä ùÑÀäåÌà öÈøÄéêÀ ìÄùÑÀúÌåÉú. åÀìÉà éÇøÀáÌÆä ìÄùÑÀúÌåÉú îÇéÄí, àÇôÄìÌåÌ ëÌÀùÑÆéÌÄúÀàÇëÌÇì äÇîÌÈæåÉï. åÀìÉà éÉàëÇì òÇã ùÑÆéÌÄáÀãÌÉ÷ òÇöÀîåÉ éÈôÆä éÈôÆä, ùÑÆîÌÆà éÄäÀéÆä öÈøÄéêÀ ìÄðÀ÷ÈáÈéå.
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3
que no coma uno hasta llenar la barriga sino dejará de hacerlo al faltarle un cuarto de su satisfacción. Tampoco tomará agua al comer sino un poco y con vino; y al comenzar la comida a digerirse en su vientre beberá lo que le haga falta. Pero no tomará agua en abundancia incluso cuando digiera la comida. Tampoco comerá hasta que se examine ya que quizás necesite ir de cuerpo.
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ã
ìÉà éÉàëÇì àÈãÈí, òÇã ùÑÆéÌÀäÇìÌÇêÀ ÷ÉãÆí àÂëÄéìÈä òÇã ùÑÆéÌÇúÀçÄéì âÌåÌôåÉ ìÈçÉí, àåÉ éÇòÂùÒÆä îÀìÈàëÈä, àåÉ éÄúÀéÇâÌÇò áÌÀéÆâÇò àÇçÅø. ëÌÀìÈìåÉ ùÑÆìÌÇãÌÈáÈø--éÀòÇðÌÆä âÌåÌôåÉ åÀéÄéâÇò áÌÀëÈì éåÉí áÌÇáÌÉ÷Æø òÇã ùÑÆéÌÇúÀçÄéì âÌåÌôåÉ ìÈçÉí, åÀéÄùÑÀ÷Éè îÀòÇè òÇã ùÑÆúÌÄúÀéÇùÌÑÇá ðÇôÀùÑåÉ, åÀàåÉëÅì. åÀàÄí øÈçÇõ áÌÀçÇîÌÄéï àÇçÇø ùÑÆéÌÈâÇò, äÂøÅé æÆä èåÉá; åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ ùÑåÉäÆä îÀòÇè, åÀàåÉëÅì.
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4
que uno no coma hasta que no ande y comience a templarse su cuerpo o realice alguna obra o se fatigue realizando algún otro esfuerzo. La regla a seguir es: “fatigará su cuerpo esforzándose cada mañana hasta que él comience a templarse, entonces se relajará un poco hasta tranquilizarse y comerá”. Y si se toma un baño caliente después de fatigarse, eso es bueno; luego hará una pausa y comerá.
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ä
[â] ìÀòåÉìÈí ëÌÀùÑÆéÌÉàëÇì àÈãÈí, éÅùÑÅá áÌÄîÀ÷åÉîåÉ àåÉ éÇèÌÆä òÇì ùÒÀîÉàì. åÀìÉà éÀäÇìÌÇêÀ åÀìÉà éÄøÀëÌÉá åÀìÉà éÄéâÇò åÀìÉà éÀæÇòÀæÇò âÌåÌôåÉ åÀìÉà éÄèÌÇéÌÇì, òÇã ùÑÆéÌÄúÀàÇëÌÇì äÇîÌÈæåÉï ùÑÆáÌÀîÅòÈéå; åÀëÈì äÇîÌÄèÌÇéÌÅì àÇçÇø àÂëÄéìÈúåÉ àåÉ ùÑÆéÌÈâÇò, äÂøÅé æÆä îÅáÄéà òÇì òÇöÀîåÉ çÃìÈàÄéí øÈòÄéí åÀ÷ÈùÑÄéí.
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5
que, cuando uno coma, se siente en su lugar o se eche a la izquierda. Y que uno no ande ni monte ni se fatigue ni estremezca su cuerpo ni pasee hasta que se digiera la comida en su vientre; y todo aquel que pasee o se fatigue después de comer se causa a sí mismo malas y duras enfermedades.
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å
[ã] äÇéÌåÉí åÀäÇìÌÇéÀìÈä, àÇøÀáÌÇò åÀòÆùÒÀøÄéí ùÑÈòåÉú. ãÌÇé ìåÉ ìÈàÈãÈí ìÄéùÑÇï ùÑÀìÄéùÑÈï, ùÑÀäåÌà ùÑÀîåÉðÆä ùÑÈòåÉú; åÀéÄäÀéåÌ áÌÀñåÉó äÇìÌÇéÀìÈä, ëÌÀãÅé ùÑÆéÌÀäÆà îÄúÌÀçÄìÌÇú ùÑÄéðÈúåÉ òÇã ùÑÆúÌÇòÂìÆä äÇùÌÑÆîÆùÑ ùÑÀîåÉðÆä ùÑÈòåÉú, åÀðÄîÀöÈà òåÉîÅã îÄîÌÄèÌÈúåÉ, ÷ÉãÆí ùÑÆúÌÇòÂìÆä äÇùÌÑÆîÆùÑ.
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6
El día y la noche suman veinticuatro horas.
Bastándole a uno dormir un tercio de ellas, o sea ocho horas; conveniéndole hacerlo al final de la noche para que desde el principio de su sueño
hasta que salga el sol hayan ocho horas, levantándose así de su cama antes de que salga el sol.
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æ
[ä] ìÉà éÄéùÑÇï àÈãÈí ìÉà òÇì ôÌÈðÈéå, åÀìÉà òÇì òÈøÀôÌåÉ, àÅìÈà òÇì öÄãÌåÉ--áÌÄúÀçÄìÌÇú äÇìÌÇéÀìÈä òÇì öÇã ùÒÀîÉàì, åÌáÀñåÉó äÇìÌÇéÀìÈä òÇì öÇã éÈîÄéï. åÀìÉà éÄéùÑÇï ñÈîåÌêÀ ìÇàÂëÄéìÈä, àÅìÈà éÇîÀúÌÄéï àÇçÇø àÂëÄéìÈä ëÌÀîåÉ ùÑÈìåÉùÑ àåÉ àÇøÀáÌÇò ùÑÈòåÉú. åÀìÉà éÄéùÑÇï áÌÇéÌåÉí.
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7
Uno no dormirá ni boca abajo ni boca arriba sino de costado. Al comienzo de la noche a su izquierda y al final a su derecha. Tampoco dormirá poco después de haber comido sino esperará, después de comer, unas tres o cuatro horas. Y no dormirá de día.
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ç
[å] ãÌÀáÈøÄéí äÇîÌÀùÑÇìÀùÑÀìÄéï àÆú áÌÀðÅé îÅòÇéÄí, ëÌÀâåÉï òÂðÈáÄéí åÌúÀàÅðÄéí åÀúËúÌÄéí åÇàÂâÇñÌÄéí åÇàÂáÇèÌÄéçÄéí åÌîÅòÅé äÇ÷ÌÄùÌÑåÌàÄéí åÌîÅòÅé äÇîÌÀìÈôÀôåÉðåÉú--àåÉëÅì àÈãÈí àåÉúÈí áÌÇúÌÀçÄìÌÈä, ÷ÉãÆí àÂëÄéìÈä. åÀìÉà éÀòÈøÀáÅí òÄí äÇîÌÈæåÉï, àÅìÈà ùÑåÉäÆä îÀòÇè òÇã ùÑÆéÌÅöÀàåÌ îÄáÌÆèÆï äÈòÆìÀéåÉï; åÀàåÉëÅì îÀæåÉðåÉ. åÌãÀáÈøÄéí ùÑÀäÆï îÀàÇîÌÀöÄéï àÆú áÌÀðÅé îÅòÇéÄí, ëÌÀâåÉï øÄîÌåÉðÄéí åÌôÈøÄéùÑÄéï åÀúÇôÌåÌçÄéí åÌ÷ÀøËñÀèÀîÅìÄéï--àåÉëÅì àåÉúÈí úÌÅëÆó ìÄîÀæåÉðåÉ, åÀìÉà éÇøÀáÌÆä îÅäÆï.
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8
Todas las cosas que ablandan el vientre, como las uvas, los higos, las frutillas, las peras, las sandías, los zapallitos y los pepinos, las comerá uno, al principio, antes de comenzar su comida. No mezclándolas con la comida sino aguardará un momento hasta que abandonen el estómago superior y entonces consumirá su comida. Y las cosas que esfuerzan al vientre, como las granadas, los membrillos, las manzanas y las peras crustumenias, las comerá inmediatamente después de su comida, pero no en abundancia.
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è
[æ] ëÌÀùÑÆéÌÄøÀöÆä àÈãÈí ìÆàÁëÉì áÌÀùÒÇø òåÉó åÌáÀùÒÇø áÌÀäÅîÈä ëÌÀàÆçÈã, àåÉëÅì áÌÇúÌÀçÄìÌÈä áÌÀùÒÇø äÈòåÉó; åÀëÅï áÌÅéöÄéí åÌáÀùÒÇø òåÉó, àåÉëÅì áÌÇúÌÀçÄìÌÈä áÌÅéöÄéí; áÌÀùÒÇø áÌÀäÅîÈä ãÌÇ÷ÌÈä åÌáÀùÒÇø áÌÀäÅîÈä âÌÇñÌÈä, àåÉëÅì áÌÇúÌÀçÄìÌÈä áÌÀùÒÇø äÇãÌÇ÷ÌÈä: ìÀòåÉìÈí éÇ÷ÀãÌÄéí àÈãÈí ãÌÈáÈø äÇ÷ÌÇì, åÌîÀàÇçÅø äÇëÌÈáÅã.
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9
Cuando uno quiera comer tanto carne de ave como de animal, comerá antes la de ave; asimismo hará respecto de los huevos y la carne de ave, comerá antes los huevos; cuando se trate de carne de ganado menor y mayor, comerá antes la de ganado menor. Siempre consumirá primero lo liviano para el estómago y luego lo pesado para él.
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é
[ç] áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä--àåÉëÅì îÇàÂëÈìÄéí äÇ÷ÌÈøÄéí, åÀìÉà éÇøÀáÌÆä áÌÄúÀáÈìÄéï, åÀàåÉëÅì àÆú äÇçÉîÆõ; åÌáÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí--àåÉëÅì àÉëÈìÄéï äÇçÇîÌÄéï, åÌîÇøÀáÌÆä áÌÄúÀáÈìÄéï, åÀàåÉëÅì îÀòÇè îÄï äÇçÇøÀãÌÈì åÌîÄï äÇçÄìÀúÌÄéú. åÀòÇì ãÌÆøÆêÀ æåÉ, äåÉìÅêÀ åÀòåÉùÒÆä áÌÇîÌÀ÷åÉîåÉú äÇ÷ÌÈøÄéí åÌáÇîÌÀ÷åÉîåÉú äÇçÇîÌÄéí--áÌÀëÈì îÈ÷åÉí åÌîÈ÷åÉí, ëÌÈøÈàåÌé ìåÉ.
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10
En la temporada estival comerá alimentos frios poco
condimentados, y consumirá vinagre; mientras que en la temporada invernal comerá alimentos calientes muy condimentados y consumirá poca mostaza y asafétida. A tal usanza se comportará en los lugares frios y calientes, en cada lugar según su clima.
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éà
[è] éÅùÑ îÇàÂëÈìåÉú ùÑÀäÆï øÈòÄéí áÌÀéåÉúÅø òÇã îÀàåÉã, åÀøÈàåÌé ìÈàÈãÈí ùÑÆìÌÉà ìÀàÈëÀìÈï ìÀòåÉìÈí--ëÌÀâåÉï äÇãÌÈâÄéí äÇâÌÀãåÉìÄéí äÇîÌÀìåÌçÄéí äÇéÌÀùÑÈðÄéí, åÀäÇâÌÀáÄéðÈä äÇîÌÀìåÌçÈä äÇéÌÀùÑÈðÈä, åÀäÇëÌÀîÅäÄéï åÀäÇôÌÇèÀøÈéåÉú, åÀäÇáÌÈùÒÈø äÇîÌÈìÄéçÇ äÇéÌÈùÑÈï, åÀéÇéÄï îÄâÌÄúÌåÉ, åÀúÇáÀùÑÄéì ùÑÆùÌÑÈäÈä òÇã ùÑÆðÌÈãÇó øÅéçåÉ, åÀëÈì îÇàÂëÈì ùÑÆøÅéçåÉ øÈò àåÉ îÇø áÌÀéåÉúÅø: äÂøÅé àÅìÌåÌ ìÇâÌåÌó, ëÌÀîåÉ ñÇí äÇîÌÈåÆú.
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11
Y hay alimentos que son muy malos, siéndole a uno aconsejable no consumirlos nunca, como los grandes peces viejos salados, y el queso viejo salado, y las setas y hongos, y la carne vieja salada, y el vino de lagar, y un alimento que hiede por haberle pasado el tiempo, y todo alimento que hiede o que es muy amargo. Todos ellos son para el cuerpo como una droga mortal.
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éá
åÀéÅùÑ îÇàÂëÈìåÉú ùÑÀäÆï øÈòÄéí, àÂáÈì àÅéðÈí ëÌÀîåÉ äÈøÄàùÑåÉðåÉú ìÈøÉòÇ; ìÀôÄéëÌÈêÀ øÈàåÌé ìÈàÈãÈí ùÑÆìÌÉà ìÆàÁëÉì îÅäÆï àÅìÈà îÀòÇè åÀàÇçÇø éÈîÄéí äÇøÀáÌÅä, åÀìÉà éÇøÀâÌÄéì òÇöÀîåÉ ìÄäÀéåÉú îÀæåÉðåÉ îÅäÆí àåÉ ìÀàÈëÀìÈí òÄí îÀæåÉðåÉ úÌÈîÄéã--ëÌÀâåÉï ãÌÈâÄéí âÌÀãåÉìÄéí, åÌâÀáÄéðÈä åÀçÈìÈá ùÑÆùÌÑÈäÈä àÇçÇø ùÑÆðÌÆçÁìÇá àÇøÀáÌÇò åÀòÆùÒÀøÄéí ùÑÈòåÉú, åÌáÀùÒÇø ùÑÀåÈøÄéí âÌÀãåÉìÄéí åÌúÀéÈùÑÄéí âÌÀãåÉìÄéí, åÀäÇôÌåÉì, åÀäÈòÂãÈùÑÄéí, åÀäÇñÌÈôÄéø, åÀìÆçÆí ùÒÀòåÉøÄéí, åÀìÆçÆí îÇöÌåÉú, åÀäÇëÌÇøÌåÌá, åÀäÆçÈöÄéø, åÀäÇáÌÀöÈìÄéí, åÀäÇùÌÑåÌîÄéí, åÀäÇçÇøÀãÌÈì, åÀäÇöÌÀðåÉï: ëÌÈì àÅìÌåÌ îÇàÂëÈìåÉú øÈòÄéí äÆï.
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12
Y hay alimentos que son malos, pero no tanto como los mencionados; por lo tanto le es a uno recomendable no consumirlos sino un poco cada muchos días, no acostumbrándose a ellos como alimento ni a comerlos como parte del mismo siempre. Se trata de los grandes peces, y el queso, y la leche que reposó veinticuatro horas después de ser ordeñada, y la carne de los grandes toros y cabras, y la haba, y el fréjol, y las lentejas, y
el “sapir”, y el pan de cevada, y el pan ácimo, y el repollo, y el cilantro, y las cebollas, y los ajos, y la mostaza, y el rabanito.
Todos estos son alimentos malos.
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éâ
àÅéï øÈàåÌé ìÈàÈãÈí ìÆàÁëÉì îÅàÅìÌåÌ àÅìÈà îÀòÇè òÇã îÀàåÉã, åÌáÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí; àÂáÈì ùÑÆìÌÉà áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí, ìÉà éÉàëÇì îÅäÆï ëÌÀìÈì. åÀäÇôÌåÉì åÀäÈòÂãÈùÑÄéí áÌÄìÀáÈã--àÅéï øÈàåÌé ìÀàÈëÀìÈï, ìÉà áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä åÀìÉà áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí. åÀäÇãÌÇìÌåÌòÄéï, àåÉëÀìÄéï îÅäÆï îÀòÇè áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä.
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13
No es conveniente para uno comer de ellos sino muy poco en la temporada invernal, pero no siendo en ella no los consumirá para nada. Pero al haba y el fréjol no conviene comerlos ni en la temporada estival ni en la invernal. En cuanto a los zapallos, se les puede comsumir un poco en la temporada estival.
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éã
[é] åÀéÅùÑ îÇàÂëÈìåÉú ùÑÀäÆï øÈòÄéí, åÀàÅéðÈï ëÌÀîåÉ àÅìÌåÌ; åÀäÆí òåÉó äÇîÌÇéÄí, åÌáÀðÅé éåÉðÈä äÇ÷ÌÀèÇðÌÄéí, åÀäÇúÌÀîÈøÄéí, åÀìÆçÆí ÷ÈìåÌé áÌÀùÑÆîÆï àåÉ ìÆçÆí ùÑÆðÌÄìÌåÉùÑ áÌÀùÑÆîÆï, åÀäÇñÌÉìÆú ùÑÆðÌÄôÌåÌ àåÉúÈäÌ ëÌÈì öÈøÀëÌÈäÌ òÇã ùÑÆìÌÉà ðÄùÑÀàÈø áÌÈäÌ øÅéçÇ îËøÀñÈï, åÀäÇöÌÄéø åÀäÇîÌËøÀéÈñ. àÅéï øÈàåÌé ìÀäÇøÀáÌåÉú îÅàÂëÄéìÇú àÅìÌåÌ; åÀàÈãÈí ùÑÀäåÌà çÈëÈí åÀëåÉáÅùÑ àÆú éÄöÀøåÉ, åÀìÉà éÄîÌÈùÑÅêÀ àÇçÇø úÌÇàÂåÈúåÉ åÀìÉà éÉàëÇì îÄëÌÈì äÇðÌÄæÀëÌÈøÄéí ëÌÀìåÌí, àÅìÈà àÄí ðÄöÀøÈêÀ ìÈäÆí ìÄøÀôåÌàÈä--äÂøÅé æÆä âÌÄáÌåÉø.
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14
Y hay alimentos que son malos, pero no como esos; tratándose de las aves acuáticas, y los pichones, y los dátiles, y el pan cocinado en aceite o el amasado en él, y la harina tamizada al punto de no quedarle olor a gluma, y la salsa de carne y verduras, y el escabeche. No le es conveniente a uno consumirlos en abundancia; y aquel que sea sabio y venza a su instinto, no dejándose llevar por sus deseos comiendo los antes mencionado a menos que le sean medicinalmente necesarios, es considerado un fuerte.
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[éà] ìÀòåÉìÈí éÄîÀðÇò àÈãÈí òÇöÀîåÉ îÄôÌÅøåÉú äÈàÄéìÈðåÉú, åÀìÉà éÇøÀáÌÆä îÅäÆï àÇôÄìÌåÌ éÀáÅùÑÄéí, åÀàÅéï öÈøÄéêÀ ìåÉîÇø øÀèËáÌÄéí; àÂáÈì ÷ÉãÆí ùÑÆéÌÄúÀáÌÇùÌÑÀìåÌ ëÌÈì öÈøÀëÌÈï, äÂøÅé äÆï ìÇâÌåÌó ëÌÇçÂøÈáåÉú. åÀëÅï äÇçÇøÌåÌáÄéí, øÈòÄéí ìÀòåÉìÈí. åÀëÅï äÇôÌÅøåÉú äÇçÂîåÌöÄéï øÈòÄéí, åÀàÅéï àåÉëÀìÄéï îÅäÆï àÅìÈà îÀòÇè áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä åÌáÇîÌÀ÷åÉîåÉú äÇçÇîÌÄéï. åÀäÇúÌÀàÅðÄéí åÀäÈòÂðÈáÄéí åÀäÇùÌÑÀ÷ÅãÄéí èåÉáÄéí ìÀòåÉìÈí, áÌÅéï øÀèËáÌÄéí áÌÅéï éÀáÅùÑÄéí, åÀàåÉëÅì àÈãÈí îÅäÆï ëÌÈì öÈøÀëÌåÉ; àÂáÈì ìÉà éÇúÀîÄéã àÂëÄéìÈúÈï, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÀäÆï èåÉáÄéí îÄëÌÈì ôÌÀøÄé äÈàÄéìÈðåÉú.
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15
El hombre evitará siempre los frutos de los árboles, no consumiéndolos en demasía ni siquiera al estar secos, no siendo necesario mencionar los frescos; siendo ellos, antes de madurar completamente, como espadas para el cuerpo. Asimismo las algarrobas son siempre malas. Así como también son malos los frutos ágrios, no consumiéndoselos sino pocos en la temporada estival y en lugares cálidos. Sin embargo los higos, las uvas y las almendras siempre son buenos, tanto los frescos como los secos, comiéndoseles según a uno le sea necesario, pero incluso a los buenos frutos de árboles no los consumirá regularmente.
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èæ
[éá] äÇãÌÀáÇùÑ åÀäÇéÌÇéÄï, øÈò ìÇ÷ÌÀèÇðÌÄéí åÀéÈôÆä ìÇæÌÀ÷ÅðÄéí, åÀëÈì ùÑÆëÌÅï áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí. åÀöÈøÄéêÀ àÈãÈí ìÆàÁëÉì áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä, ùÑÀðÅé ùÑÀìÄéùÑÅé îÇä ùÑÀäåÌà àåÉëÅì áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí.
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16
La miel y el vino son malos para los infantes, pero buenos para los ancianos, especialmente en la temporada invernal. Debiendo una persona consumir en la temporada estival dos tercios de lo que consume en la invernal.
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[éâ] ìÀòåÉìÈí éÄùÑÀúÌÇãÌÇì àÈãÈí ùÑÆéÌÄäÀéåÌ îÅòÈéå øÈôÄéï ëÌÈì éÈîÈéå, åÀéÄäÀéÆä ÷ÈøåÉá ìÀùÑÄìÀùÑåÌì îÀòÇè. åÀæÆä ëÌÀìÈì âÌÈãåÉì áÌÈøÀôåÌàÈä--ùÑÆëÌÈì æÀîÈï ùÑÆäÈøÀàÄé ðÄîÀðÇò àåÉ éÅöÅà áÌÀ÷ÉùÑÄé, çÃìÈàÄéí øÇáÌÄéí áÌÈàÄéí.
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17
Siempre procurará uno que su vientre esté flojo, casi al punto de la diarrea. Siendo ésta una regla importante de la medicina ya que el evitar la evacuación o el evacuar dificultosamente provoca muchas enfermedades.
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éç
åÌáÇîÌÆä éÀøÇôÌÆä àÈãÈí îÅòÈéå, àÄí ðÄúÀàÇîÌÀöåÌ îÀòÇè--àÄí äÈéÈä áÌÈçåÌø--éÉàëÇì áÌÇáÌÉ÷Æø áÌÇáÌÉ÷Æø îÇìÌåÌçÄéí ùÑÀìåÌ÷Äéí îÀúËáÌÈìÄéí áÌÀùÑÆîÆï åÌáÀîËøÀéÈñ åÌáÀîÆìÇç, áÌÀìÉà ôÌÇú; àåÉ éÄùÑÀúÌÆä îÅé ùÑÀìÈ÷ ùÑÆìÌÄúÀøÈãÄéï àåÉ ëÌÇøÌåÌá áÌÀùÑÆîÆï åÌîÆìÇç åÌîËøÀéÈñ. åÀàÄí äÈéÈä æÈ÷Åï--éÄùÑÀúÌÆä ãÌÀáÇùÑ îÈæåÌâ áÌÀîÇéÄí çÇîÌÄéï áÌÇáÌÉ÷Æø, åÀéÄùÑÀäÆä ëÌÀîåÉ àÇøÀáÌÇò ùÑÈòåÉú, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÉàëÇì ñÀòåÉãÈúåÉ. éÇòÂùÒÆä ëÌÅï éåÉí àÇçÇø éåÉí, ùÑÀìåÉùÑÈä àåÉ àÇøÀáÌÈòÈä éÈîÄéí àÄí öÈøÇêÀ ìÀëÌÈêÀ, òÇã ùÑÆéÌÄøÀôÌåÌ îÅòÈéå.
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18
¿Cómo ha de aflojar su vientre si se le ha endurecido? si fuera un joven comerá por la mañana
“malujim” cocidos condimentados con aceite y escabeche y sal, sin pan; o beberá jugo de espinacas o repollo en aceite y sal y escabeche. Y si se tratara de un anciano, beberá miel con agua caliente por la mañana, esperando unas cuatro horas al cabo de las cuales comerá su comida. Ha de hacerse lo indicado día tras día durante tres o cuatro días, si es necesario, hasta que se afloje su vientre.
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éè
[éã] åÀòåÉã ëÌÀìÈì àÇçÅø àÈîÀøåÌ áÌÄáÀøÄéàÇú äÇâÌåÌó: ëÌÈì æÀîÈï ùÑÆàÈãÈí îÄúÀòÇîÌÅì åÀéÈâÅòÇ äÇøÀáÌÅä åÀàÅéðåÌ ùÒÈáÅòÇ, åÌîÅòÈéå øÈôÄéí--àÅéï çÉìÄé áÌÈà òÈìÈéå åÀëåÉçåÉ îÄúÀçÇæÌÅ÷, åÀàÇôÄìÌåÌ àÈëÇì îÇàÂëÈìåÉú äÈøÈòÄéí; [èå] åÀëÈì îÄé ùÑÀäåÌà éåÉùÑÅá ìÈáÆèÇç åÀàÅéðåÌ îÄúÀòÇîÌÅì, àåÉ îÄé ùÑÆîÌÇùÑÀäÆä ðÀ÷ÈáÈéå àåÉ îÄé ùÑÆîÌÅòÈéå ÷ÈùÑÄéí--àÇôÄìÌåÌ àÈëÇì îÇàÂëÈìåÉú èåÉáÄéí åÀùÑÈîÇø òÇöÀîåÉ òÇì ôÌÄé äÈøÀôåÌàÈä, ëÌÈì éÈîÈéå éÄäÀéåÌ îÇëÀàåÉáÄéí åÀëåÉçåÉ úÌÈùÑÅùÑ. åÇàÂëÄéìÈä âÌÇñÌÈä ìÀâåÌó ëÌÈì àÈãÈí ëÌÀîåÉ ñÇí äÇîÌÈåÆú, åÀäÄéà òÄé÷Èø ìÀëÈì çÃìÈàÄéí.
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19
Y
nos enseñaron otra regla respecto de la salud física: “mientras uno se ejercite y agote mucho, manteniéndose insatisfecho y flojo su vientre; no enfermará y su fuerza crecerá, incluso si consumiese alimentos malos. Pero todo aquel que se siente tranquilamente, no ejercitándose o que no evacue a tiempo o que tenga el vientre duro, incluso si comiere alimentos buenos y se cuidase según la medicina, sufrira de dolores todos sus días y su fuerza se debilitará”. Y la comida pesada es para el cuerpo de toda persona como un veneno mortífero, siendo la principal causa de toda enfermedad.
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ë
øÉá äÆçÃìÈàÄéí äÇáÌÈàÄéí òÇì äÈàÈãÈí, àÅéðÈï àÅìÈà îÄôÌÀðÅé îÇàÂëÈìÄéí øÈòÄéí, àåÉ îÄôÌÀðÅé ùÑÀäåÌà îÀîÇìÌÅà áÌÄèÀðåÉ åÀàåÉëÅì àÂëÄéìÈä âÌÇñÌÈä, àÇôÄìÌåÌ îÄîÌÇàÂëÈìÄéí èåÉáÄéí. äåÌà ùÑÆùÌÑÀìÉîÉä àåÉîÅø áÌÀçÈëÀîÈúåÉ, "ùÑÉîÅø ôÌÄéå, åÌìÀùÑåÉðåÉ--ùÑÉîÅø îÄöÌÈøåÉú, ðÇôÀùÑåÉ" (îùìé ëà,ëâ)--ëÌÀìåÉîÇø ùÑåÉîÅø ôÌÄéå îÄìÌÆàÁëÉì îÇàÂëÈì øÈò àåÉ îÄìÌÄùÒÀáÌÉòÇ, åÌìÀùÑåÉðåÉ îÄìÌÀãÇáÌÇø àÅìÈà áÌÄöÀøÈëÈéå.
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20
La mayoría de las enfermedades humanas son producidas por malos alimentos o por llenar el vientre exageradamente, incluso tratándose de alimentos buenos. Habiéndose referido a éso, en su sabiduría, Shelomó: "Aquel que cuide su boca y su lengua, salva a su alma de calamidades"
(Pr. 21:23).
Es decir “que uno cuide su boca de comer malos alimentos o
de satisfacerse a la vez que cuida su lengua de no hablar sino acerca de sus necesidades”.
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ëà
[èæ] ãÌÆøÆêÀ äÈøÀçÄéöÈä--ùÑÆéÌÄëÌÈðÅñ àÈãÈí ìÇîÌÇøÀçÅõ îÄùÌÑÄáÀòÈä éÈîÄéí ìÀùÑÄáÀòÈä éÈîÄéí; åÀìÉà éÄëÌÈðÅñ ñÈîåÌêÀ ìÇàÂëÄéìÈä åÀìÉà ëÌÄùÑÀäåÌà øÈòÅá, àÅìÈà ëÌÀùÑÆéÌÇúÀçÄéì äÇîÌÈæåÉï ìÀäÄúÀòÇëÌÇì. åÀøåÉçÅõ ëÌÈì âÌåÌôåÉ áÌÀçÇîÌÄéï ùÑÀàÅéï äÇâÌåÌó ðÄëÀåÆä áÌÈäÆï, åÀøÉàùÑåÉ áÌÄìÀáÈã áÌÀçÇîÌÄéï ùÑÆäÇâÌåÌó ðÄëÀåÆä áÌÈäÆï. åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÄøÀçÉõ âÌåÌôåÉ áÌÀôåÉùÑÀøÄéï, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ áÌÀôåÉùÑÀøÄéï îÄï äÇôÌåÉùÑÀøÄéï, òÇã ùÑÆéÌÄøÀçÉõ áÌÀöåÉðÅï; åÀìÉà éÇòÀáÌÄéø òÇì øÉàùÑåÉ ëÌÀìÈì, ìÉà ôÌåÉùÑÀøÄéï åÀìÉà öåÉðÅï. åÀìÉà éÄøÀçÉõ áÌÀöåÉðÅï, áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí. åÀìÉà éÄøÀçÉõ òÇã ùÑÆéÌÈæÄéòÇ åÀéÄôÌÈøÅêÀ ëÌÈì âÌåÌôåÉ, åÀìÉà éÇàÂøÄéêÀ áÌÇîÌÇøÀçÅõ; àÅìÈà ëÌÀùÑÆéÌÈæÄéòÇ åÀéÄôÌÈøÅêÀ âÌåÌôåÉ, éÄùÑÀúÌÇèÌÇó åÀéÅöÅà.
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21
Es recomendable que uno se bañe
una vez cada siete días, no haciéndolo ni poco antes de comer ni estando hambriento sino cuando la comida comience a digerirse. Lavará todo su cuerpo con agua caliente que no quema el cuerpo, tan solo a su cabeza la lavará con agua caliente que quema el cuerpo. Luego lavará su cuerpo con agua tibia y después con agua aún más tibia hasta que se bañe con agua fria. Y no se bañará con agua fria en invierno. Y no se bañará hasta que sude y frote todo su cuerpo, no demorándose en el baño sino, en cuanto haya sudado y se haya frotado su cuerpo, se enjuagará y saldrá.
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ëá
åÌáåÉãÅ÷ òÇöÀîåÉ ÷ÉãÆí ùÑÆéÌÄëÌÈðÅñ ìÇîÌÇøÀçÅõ, åÀàÇçÇø ùÑÆéÌÅöÅà, ùÑÆîÌÆà éÀäÆà öÈøÄéêÀ ìÄðÀ÷ÈáÈéå. åÀëÅï áÌåÉãÅ÷ àÈãÈí òÇöÀîåÉ úÌÈîÄéã--÷ÉãÆí àÂëÄéìÈä åÀàÇçÇø àÂëÄéìÈä, åÀ÷ÉãÆí áÌÀòÄéìÈä åÀàÇçÇø áÌÀòÄéìÈä, åÀ÷ÉãÆí ùÑÆéÌÄéâÇò åÀéÄúÀòÇîÌÇì åÀàÇçÇø ùÑÆéÌÄéâÇò åÀéÄúÀòÇîÌÇì, åÀ÷ÉãÆí ùÑÆéÌÄéùÑÇï åÌëÀùÑÆéÌÅòåÉø: äÇëÌÉì òÂùÒÈøÈä.
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22
Uno verificará si debe evacuar su vientre antes de entrar a bañarse y al salir no sea que le haga falta. Asimismo lo verificará siempre antes de comer y después de hacerlo, y tanto antes como después de cohabitar, y tanto antes como después de fatigarse y ejercitarse, y antes de dormir y al despertarse; un total de diez ocaciones.
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ëâ
[éæ] ëÌÀùÑÆéÌÅöÅà àÈãÈí îÄï äÇîÌÇøÀçÅõ, éÄìÀáÌÉùÑ áÌÀâÈãÈéå åÄéëÇñÌÆä øÉàùÑåÉ áÌÇáÌÇéÄú äÇçÄéöåÉï, ëÌÀãÅé ùÑÆìÌÉà úÄùÑÀìÉè áÌåÉ øåÌçÇ ÷ÈøÈä; åÀàÇôÄìÌåÌ áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä, öÈøÄéêÀ ìÀäÄæÌÈäÅø. åÀéÄùÑÀäÆä àÇçÇø ùÑÆéÌÅöÅà òÇã ùÑÆúÌÄúÀéÇùÌÑÇá ðÇôÀùÑåÉ åÀéÈðåÌçÇ âÌåÌôåÉ åÀúÈñåÌø äÇçÇîÄéîåÌú, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÉàëÇì. åÀàÄí éÈùÑÅï îÀòÇè ëÌÀùÑÆéÌÈöÈà îÄï äÇîÌÇøÀçÅõ, ÷ÉãÆí àÂëÄéìÈä--äÂøÅé æÆä éÈôÆä òÇã îÀàåÉã.
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23
Cuando uno salga
del baño se vestirá y cubrirá su cabeza en la sala de entrada para que no le afecte el viento frio, incluso en la temporada estival debe cuidarse de eso. Al salir hará una pausa para tranquilizarse y reposar y que
se le enfrie el cuerpo, y luego comerá. Sin embargo, si duerme un poco al salir del baño, antes de comer, eso es óptimo.
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ëã
ìÉà éÄùÑÀúÌÆä àÈãÈí îÇéÄí ÷ÈøÄéí ëÌÀùÑÆéÌÅöÅà îÄï äÇîÌÇøÀçÅõ, åÀàÅéï öÈøÄéêÀ ìåÉîÇø ùÑÆìÌÉà éÄùÑÀúÌÆä áÌÇîÌÇøÀçÅõ. åÀàÄí öÈîÅà ëÌÀùÑÆéÌÈöÈà åÀàÅéðåÌ éÈëåÉì ìÄîÀðÉòÇ òÇöÀîåÉ, éÀòÈøÇá äÇîÌÇéÄí áÌÀéÇéÄï àåÉ áÌÄãÀáÇùÑ åÀéÄùÑÀúÌÆä. åÀàÄí ñÈêÀ áÌÀùÑÆîÆï áÌÇîÌÇøÀçÅõ áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí àÇçÇø ùÑÆéÌÄùÑÀúÌÇèÌÇó, äÂøÅé æÆä èåÉá.
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24
No tomará uno agua fria al salir del baño, y no es necesario mencionar que no lo hará durante el mismo. Y si está sediento al salir y no logra abstenerse de hacerlo, mezclará el agua con vino o con miel y la beberá. Y si se unta aceite en el baño en el invierno, eso es bueno.
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ëä
[éç] ìÉà éÇøÀâÌÄéì àÈãÈí òÇöÀîåÉ ìÀäÇ÷ÌÄéæ ãÌÈí úÌÈîÄéã, åÀìÉà éÇ÷ÌÄéæ ãÌÈí àÅìÈà àÄí äÈéÈä öÈøÄéêÀ ìåÉ áÌÀéåÉúÅø; åÀìÉà éÇ÷ÌÄéæ ìÉà áÌÄéîåÉú äÇçÇîÌÈä åÀìÉà áÌÄéîåÉú äÇâÌÀùÑÈîÄéí, àÅìÈà áÌÀéåÉîÅé ðÄéñÈï åÌîÀòÇè áÌÀéåÉîÅé úÌÄùÑÀøÄé. åÌîÅàÇçÇø çÂîÄùÌÑÄéí ùÑÈðÈä, ìÉà éÇ÷ÌÄéæ ëÌÀìÈì. åÀìÉà éÇ÷ÌÄéæ àÈãÈí ãÌÈí åÀéÄëÌÈðÅñ ìÇîÌÇøÀçÅõ, áÌÀéåÉí àÆçÈã; åÀìÉà éÇ÷ÌÄéæ åÀéÅöÅà ìÇãÌÆøÆêÀ, åÀìÉà áÌÀéåÉí ùÑÆéÌÈáåÉà îÄï äÇãÌÆøÆêÀ. åÀéÉàëÇì åÀéÄùÑÀúÌÆä áÌÀéåÉí äÇäÇ÷ÌÈæÈä, ôÌÈçåÌú îÄîÌÇä ùÑÀäåÌà øÈâÄéì; åÀéÈðåÌçÇ áÌÀéåÉí äÇäÇ÷ÌÈæÈä, åÀìÉà éÄúÀòÇîÌÇì åÀìÉà éÄèÌÇéÌÇì.
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25
Uno no se acostumbrará a efectuarse flebotomías, no haciéndolo sino en casos de extrema necesidad; tampoco lo hará ni en la temporada estival ni en la invernal sino durante
los días de Nisán y, un poco, durante los de Tishré. Y, una vez pasados los cincuenta años de edad, no se las efectuará en absoluto. Tampoco se efectuará uno una y entrará a
un baño el mismo día; ni se la efectuará y saldrá de viaje, ni lo hará al regresar de uno. El día de la flebotomía comerá y beberá menos de lo que acostumbre; y descansará ese día, no ejercitándose ni paseando.
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ëå
[éè] ùÑÄëÀáÇú æÆøÇò, äÄéà ëÌåÉçÇ äÇâÌåÌó åÀçÇéÌÈéå åÌîÀàåÉø äÈòÅéðÇéÄí; åÀëÈì æÀîÈï ùÑÆúÌÅöÅà áÌÀéåÉúÅø, äÇâÌåÌó áÌåÉìÆä åÀëåÉçåÉ ëÌåÉìÆä åÀçÇéÌÈéå àåÉáÀãÄéí. äåÌà ùÑÆàÈîÇø ùÑÀìÉîÉä áÌÀçÈëÀîÈúåÉ, "àÇì-úÌÄúÌÅï ìÇðÌÈùÑÄéí çÅéìÆêÈ; åÌãÀøÈëÆéêÈ, ìÇîÀçåÉú îÀìÈëÄéï" (îùìé ìà,â).
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26
El semen es la fuerza corporal y su vida y
la luz de los ojos; y cuanto más salga el cuerpo se desgasta más y su fuerza se acaba y su vida se pierde. A ésto se refirió Shelomó, en su sabiduría, al decir:
"No des tu vigor a las mujeres ni tu destino a aquello que pierde a los reyes"
(Pr. 31:3).
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ëæ
ëÌÈì äÇùÌÑÈèåÌó áÌÄáÀòÄéìÈä--æÄ÷ÀðÈä ÷åÉôÆöÆú òÈìÈéå, åÀëåÉçåÉ úÌÈùÑÅùÑ åÀòÅéðÈéå ëÌÅäåÉú åÀøÅéçÇ øÈò ðåÉãÅó îÄôÌÄéå åÌîÄùÌÑÀçÈéÈéå; åÌùÒÀòÇø øÉàùÑåÉ åÀâÇáÌåÉú òÅéðÈéå åÀøÄéñÅé òÅéðÈéå ðåÉùÑÅø, åÌùÒÀòÇø æÀ÷ÈðåÉ åÌùÑÀçÈéÈéå åÌùÒÀòÇø øÇâÀìÈéå øåÉáÆä; åÀùÑÄðÌÈéå ðåÉôÀìåÉú. åÀäÇøÀáÌÅä ëÌÀàÅáÄéí çåÌõ îÅàÅìÌåÌ áÌÈàÄéï òÈìÈéå.
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27
A todo aquel que cohabita exageradamente se le viene encima la vejez y su fuerza física se le agota y sus ojos se le nublan y su boca y axilas expelen un mal olor; y tanto el pelo de su cabeza como el de sus cejas y el de sus pestañas se le cae, y el pelo de su barba y el de sus axilas y el de sus piernas aumenta; y sus dientes se le caen. Y muchas penurias, además de éstas, le sobrevienen.
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ëç
àÈîÀøåÌ çÇëÀîÅé äÈøåÉôÀàÄéí, àÆçÈã îÅàÆìÆó îÅú áÌÄùÑÀàÈø çÃìÈàÄéí; åÀäÈàÆìÆó, îÅøÉá äÇúÌÇùÑÀîÄéùÑ. ìÀôÄéëÌÈêÀ öÈøÄéêÀ àÈãÈí ìÀäÄæÌÈäÅø áÌÀãÈáÈø æÆä, àÄí øÈöÈä ìÄäÀéåÉú áÌÀèåÉáÈä. åÀìÉà éÄáÀòÉì àÅìÈà ëÌÀùÑÆéÌÄîÀöÈà âÌåÌôåÉ áÌÈøÄéà åÀçÈæÈ÷ áÌÀéåÉúÅø, åÀäåÌà îÄúÀ÷ÇùÌÑÆä äÇøÀáÌÅä ùÑÆìÌÉà ìÀãÇòÀúÌåÉ, åÌîÇñÌÄéçÇ òÇöÀîåÉ ìÀãÈáÈø àÇçÅø, åÀäÇ÷ÌÄùÌÑåÌé ëÌÀùÑÆäÈéÈä; åÀéÄîÀöÈà ëÌÉáÆã îÄîÌÈúÀðÈéå åÌìÀîÇèÌÈä åÌëÀàÄìÌåÌ çåÌèÅé äÇáÌÅéöÄéí ðÄîÀùÑÈëÄéí, åÌáÀùÒÈøåÉ çÇí. æÆä öÈøÄéêÀ ìÄáÀòÉì, åÌøÀôåÌàÈä ìåÉ ùÑÆéÌÄáÀòÉì.
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28
Dijeron los sabios médicos “uno de cada mil muere por otras enfermedades y mil mueren por cohabitar en demasía”. Por lo tanto debe uno tener cuidado al respecto si desea sentirse bien. No cohabitando sino cuando su cuerpo se encuentre saludable y extremadamente fuerte, y tenga muchas erecciones impremeditadas, y aunque se distrae la erección le continua, y siente un peso, de su cintura para abajo, como si los tendones de los testículos se estiraran, y su carne caliente. Tal individuo debe cohabitar, siendo su remedio la cohabitación.
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ëè
ìÉà éÄáÀòÉì àÈãÈí åÀäåÌà ùÒÈáÅòÇ, åÀìÉà øÈòÅá--àÅìÈà àÇçÇø ùÑÆéÌÄúÀàÇëÌÇì äÇîÌÈæåÉï áÌÀîÅòÈéå. åÀéÄáÀãÉ÷ ðÀ÷ÈáÈéå ÷ÉãÆí áÌÀòÄéìÈä, åÀàÇçÇø áÌÀòÄéìÈä. åÀìÉà éÄáÀòÉì îÅòåÉîÅã åÀìÉà îÄéÌåÉùÑÅá, åÀìÉà áÌÀáÅéú äÇîÌÇøÀçÅõ åÀìÉà áÌÀéåÉí ùÑÆéÌÄëÌÈðÅñ ìÇîÌÇøÀçÅõ, åÀìÉà áÌÀéåÉí äÇ÷ÌÈæÈä, åÀìÉà áÌÀéåÉí éÀöÄéàÈä ìÇãÌÆøÆêÀ àåÉ áÌÄéàÈä îÄï äÇãÌÆøÆêÀ; ìÉà ìÄôÀðÅéäÆí, åÀìÉà ìÀàÇçÂøÅéäÆí.
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29
No ha de cohabitarse estando satisfecho ni hambriento sino una vez digerida la comida. Tanto antes como después de hacerlo ha de asegurarse de no necesitar evacuar el vientre. No ha de cohabitarse ni de pie ni sentado, ni
en el baño ni el día en que entrará al baño, ni el día de la flebotomía, ni al salir de viaje ni al regresar de uno. Ni antes ni después.
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ì
[ë] ëÌÈì äÇîÌÇðÀäÄéâ òÇöÀîåÉ áÌÄãÀøÈëÄéí àÅìÌåÌ ùÑÆäåÉøÄéðåÌ, àÂðÄé òÇøÌÈá ìåÉ ùÑÀàÅéðåÌ áÌÈà ìÄéãÅé çÉìÄé ëÌÈì éÈîÈéå, òÇã ùÑÆéÌÇæÀ÷Äéï äÇøÀáÌÅä åÀéÈîåÌú, åÀàÅéðåÌ öÈøÄéêÀ ìÀøåÉôÅà; åÀùÑÆéÌÄäÀéÆä âÌåÌôåÉ ùÑÈìÅí åÀòåÉîÅã òÇì áÌÈøÀéåÉ, ëÌÈì éÈîÈéå--àÅìÈà àÄí ëÌÅï äÈéÈä âÌåÌôåÉ øÈò îÄúÌÀçÄìÌÇú áÌÀøÄéÌÈúåÉ, àåÉ àÄí äÈéÈä øÈâÄéì áÌÀîÄðÀäÈâ îÄï äÇîÌÄðÀäÈâåÉú äÈøÈòÄéí îÄúÌÀçÄìÌÇú îåÉìÇãÀúÌåÉ, àåÉ àÄí úÌÈáåÉà îÇëÌÇú ãÌÆáÆø àåÉ îÇëÌÇú áÌÇöÌÉøÆú ìÈòåÉìÈí.
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30
A todo aquel que se rija según las normas que hemos dictado le garantizo que no enfermará toda su vida, envejeciendo mucho y muriendo entonces, no necesitando de ningún médico; y que su cuerpo permanecerá firme e íntegro toda su vida. A menos que su cuerpo haya sido innatamente enfermizo, o que él se hubiese regido según las malas costumbres desde siempre, o que acontezca una plaga o una sequía en el mundo.
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ìà
[ëà] åÀëÈì äÇîÌÄðÀäÈâåÉú äÇèÌåÉáÄéí äÈàÅìÌåÌ ùÑÆàÈîÇøÀðåÌ, àÅéï øÈàåÌé ìÄðÀäÉâ áÌÈäÆï àÅìÈà äÇáÌÈøÄéà. àÂáÈì äÇçåÉìÆä, àåÉ îÄé ùÑÆàÆçÈã îÅàÅáÈøÈéå çåÉìÆä, àåÉ îÄé ùÑÆðÌÈäÇâ îÄðÀäÈâ øÈò ùÑÈðÄéí øÇáÌåÉú--éÅùÑ ìÀëÈì àÆçÈã åÀàÆçÈã îÅäÆï ãÌÀøÈëÄéí àÂçÅøÄéí åÌîÄðÀäÈâåÉú ëÌÀôÄé çÈìÀéåÉ, ëÌÀîåÉ ùÑÆéÌÄúÀáÌÈàÅø áÌÀñÄôÀøÅé äÈøÀôåÌàåÉú; åÀùÑÄðÌåÌé åÆñÆú, úÌÀçÄìÌÇú ëÌÈì çÉìÄé.
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31
No es conveniente que se rija según las buenas costumbres mencionadas sino alguien sano. Mientras que, un enfermo o quien padezca de un miembro enfermo o quien se haya regido por malos hábitos por muchos años, existen para cada uno otras normas y costumbres a seguir según su enfermedad, tal como lo aclaran los libros de medicina; y considérasele al
cambio de menstruación el origen de toda enfermedad.
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ëá
[ëá] ëÌÈì îÈ÷åÉí ùÑÀàÅéï áÌåÉ øåÉôÅà--àÆçÈã äÇáÌÈøÄéà åÀàÆçÈã äÇçåÉìÆä, àÅéï øÈàåÌé ìåÉ ìÈæåÌæ îÄëÌÈì äÇãÌÀáÈøÄéí ùÑÆàÈîÇøÀðåÌ áÌÀôÅøÆ÷ æÆä: ùÑÆëÌÈì àÆçÈã îÅäÆï, ìÀàÇçÂøÄéú èåÉáÈä äåÌà îÅáÄéà.
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32
En todo lugar donde no haya un médico no es conveniente que ni el sano ni el enfermo dejen de lado las cosas mencionadas en este capítulo ya que cada una de ellas lleva a un buen fin.
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ìâ
[ëâ] ëÌÈì òÄéø ùÑÀàÅéï áÌÈäÌ òÂùÒÈøÈä ãÌÀáÈøÄéí äÈàÅìÌåÌ, àÅéï úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí øÇùÌÑÈàé ìÈãåÌø áÌÀúåÉëÈäÌ; åÀàÅìÌåÌ äÆï--øåÉôÅà, åÀàËîÌÈï, åÌáÅéú äÇîÌÇøÀçÅõ, åÌáÅéú äÇëÌÄñÌÅà, åÌîÇéÄí îÀöåÌéÄéï ëÌÀâåÉï ðÈäÈø àåÉ îÇòÀéÈï, åÌáÅéú äÇëÌÀðÆñÆú, åÌîÀìÇîÌÅã úÌÄéðåÉ÷åÉú, åÀìÇáÀìÈø, åÀâÇáÌÈàÅé öÀãÈ÷Èä, åÌáÅéú ãÌÄéï îÇëÌÄéï åÀçåÉáÀùÑÄéï.
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33
Un
“Talmid Jakhamim” no ha de vivir en una ciudad que no cuente con lo siguiente: “1) un médico; 2) un artesano; 3)
un baño; 4)
una letrina; 5) agua disponible, como la de un río o un manantial; 6) una sinagoga; 7) un
instructor de niños; 8)
un copiador; 9)
recaudadores de limosna; 10) un Bet Dín que
castigue y auxilie”.
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