à
äÇîÌÀøÇâÌÅì áÌÇçÂáÅøåÉ--òåÉáÅø áÌÀìÉà úÇòÂùÒÆä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ìÉà-úÅìÅêÀ øÈëÄéì áÌÀòÇîÌÆéêÈ" (åé÷øà éè,èæ). åÀàÇó òÇì ôÌÄé ùÑÀàÅéï ìåÉ÷Äéï òÇì ìÈàå æÆä, òÈååÉï âÌÈãåÉì äåÌà åÀâåÉøÅí ìÇäÂøÉâ ðÀôÈùÑåÉú øÇáÌåÉú îÄéÌÄùÒÀøÈàÅì; ìÀëÌÈêÀ ðÄñÀîÇêÀ ìåÉ, "ìÉà úÇòÂîÉã òÇì-ãÌÇí øÅòÆêÈ" (ùí). öÅà åÌìÀîÇã, îÇä àÅøÇò ìÀãåÉàÅâ äÈàÂãåÉîÄé.
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1
Quien atisba a su prójimo transgrede un
Precepto Negativo, como está escrito:
"No andarás chismeando entre tu pueblo"
(Lv. 19:16). A pesar de que el transgresor no es azotado, se trata de una grave falta que ocasiona la muerte de muchos israelitas, por lo cual figura a continuación:
"ni
serás indiferente a la sangre de tu prójimo" (Ibídem). Fijate y aprende de
lo ocurrido a Doeg el edomita.
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á
àÅéæÆä äåÌà øÈëÄéì--æÆä ùÑÀäåÌà èåÉòÅï ãÌÀáÈøÄéí åÀäåÉìÅêÀ îÄæÌÆä ìÀæÆä åÀàåÉîÅø ëÌÈêÀ åÀëÌÈêÀ àÈîÇø ôÌÀìåÉðÄé, ëÌÈêÀ åÀëÌÈêÀ ùÑÈîÇòÀúÌÄé òÇì ôÌÀìåÉðÄé: àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÀäåÌà àåÉîÅø àÁîÆú, äÂøÅé æÆä îÇçÀøÄéá àÆú äÈòåÉìÈí.
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2
¿A quién se le considera un chismoso? a aquel que pretende cosas yendo de uno a otro y diciendo: “tal y cual cosa dijo fulano y tal y cual cosa escuché sobre mengano”. A pesar de que dice la verdad, está destruyendo el mundo.
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â
éÅùÑ òÈååÉï âÌÈãåÉì îÄæÌÆä òÇã îÀàåÉã åÀäåÌà áÌÄëÀìÇì ìÈàå æÆä, åÀäåÌà ìÈùÑåÉï äÈøÇò; åÀäåÌà äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÄâÀðåÌú çÂáÅøåÉ, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆàÈîÇø àÁîÆú. àÂáÈì äÈàåÉîÅø ùÑÆ÷Æø, îåÉöÄéà ùÑÅí øÈò òÇì çÂáÅøåÉ ðÄ÷ÀøÈà. àÂáÈì áÌÇòÇì ìÈùÑåÉï äÈøÇò--æÆä ùÑÆéÌåÉùÑÅá åÀàåÉîÅø ëÌÈêÀ åÀëÌÈêÀ òÈùÒÈä ôÌÀìåÉðÄé, åÀëÌÈêÀ åÀëÌÈêÀ äÈéåÌ àÂáåÉúÈéå, åÀëÌÈêÀ åÀëÌÈêÀ ùÑÈîÇòÀúÌÄé òÈìÈéå, åÀàåÉîÅø ãÌÀáÈøÄéí ùÑÆìÌÄâÀðÈàé: òÇì æÆä äÇëÌÈúåÌá àåÉîÅø, "éÇëÀøÅú ä', ëÌÈì-ùÒÄôÀúÅé çÂìÈ÷åÉú--ìÈùÑåÉï, îÀãÇáÌÆøÆú âÌÀãÉìåÉú" (úäéìéí éá,ã).
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3
Existe una falta mucho más grande que esa, que está incluida en ese Precepto Negativo, se trata del
“hablar mal”, es decir quien denigra a su prójimo, aunque diga la verdad. Sin embargo aquel que miente es llamado
“calumniador de su prójimo”. Con respecto al que “habla mal”, aquel que se sienta y dice: “tal y cual cosa ha hecho fulano” o “así eran sus padres” y “tal y cual cosa he escuchado sobre él” y dice cosas denigrantes. Respecto de él dice la Escritura:
"Escinda Dios a todos los de labios lisonjeros, lengua arrogante"
(Sal. 12:4).
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ã
[â] àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, òÇì ùÑÈìåÉùÑ òÂáÅøåÉú ðÄôÀøÈòÄéï îÄï äÈàÈãÈí áÌÈòåÉìÈí äÇæÌÆä, åÀàÅéï ìåÉ çÅìÆ÷ ìÈòåÉìÈí äÇáÌÈà--òÂáåÉãÈä æÈøÈä, åÀâÄìÌåÌé òÂøÈéåÉú, åÌùÑÀôÄéëåÌú ãÌÈîÄéí; åÀìÈùÑåÉï äÈøÇò, ëÌÀðÆâÆã ëÌËìÌÈí. åÀòåÉã àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ëÌÈì äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÀìÈùÑåÉï äÈøÇò--ëÌÀàÄìÌåÌ ëÌÈôÇø áÌÈòÄé÷Èø, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "àÂùÑÆø àÈîÀøåÌ, ìÄìÀùÑÉðÅðåÌ ðÇâÀáÌÄéø--ùÒÀôÈúÅéðåÌ àÄúÌÈðåÌ: îÄé àÈãåÉï, ìÈðåÌ" (úäéìéí éá,ä). åÀòåÉã àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ùÑÀìåÉùÑÈä ìÈùÑåÉï äÈøÇò äåÉøÆâÆú--äÈàåÉîÀøåÉ, åÀäÇîÌÀ÷ÇáÌÀìåÉ, åÀæÆä ùÑÆàåÉîÀøÄéï òÈìÈéå; åÀäÇîÌÀ÷ÇáÌÀìåÉ, éåÉúÅø îÄï äÈàåÉîÀøåÉ.
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4
Dijeron los Sabios: “por tres transgresiones
se le hace pagar al hombre en este mundo, no teniendo Mundo Venidero. La idolatría, las relaciones sexuales ilícitas y el asesinato;
equiparándose la “mala lengua” a todas ellas. Y añadieron los Sabios que aquel que chismotea es como si
apostatara del principio; como está escrito:
"Que dijeran: “fortaleceremos nuestras lenguas; nuestros son nuestros labios ¿quién es nuestro señor?”"
(Sal. 12:5). Asimismo añadieron los Sabios que la “mala lengua” mata a tres: al que la cuenta, al que la escucha y a aquel sobre el cual se habla; considerándosele
al que la escucha peor que el que la cuenta.
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ä
[ã] åÀéÅùÑ ùÑÈí ãÌÀáÈøÄéí ùÑÀäÆï àÂáÇ÷ ìÈùÑåÉï äÈøÇò. ëÌÅéöÇã: îÄé éÉàîÇø ìÄôÀìåÉðÄé, ùÑÆéÌÄäÀéÆä ëÌÀîåÉú ùÑÀäåÌà òÇúÌÈä; àåÉ ùÑÆéÌÉàîÇø ùÑÄúÀ÷åÌ îÄôÌÀìåÉðÄé, àÅéðÄé øåÉöÆä ìÀäåÉãÄéòÇ îÇä àÅøÇò åÌîÇä äÈéÈä; åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÇãÌÀáÈøÄéí äÈàÅìÌåÌ. åÀëÅï äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÀèåÉáÇú çÂáÅøåÉ áÌÄôÀðÅé ùÒåÉðÀàÈéå--äÂøÅé æÆä àÂáÇ÷ ìÈùÑåÉï äÈøÇò, ùÑÆæÌÆä âÌåÉøÅí ìÈäÆí ùÑÆéÌÀñÇôÌÀøåÌ áÌÄâÀðåÌúåÉ; åÀòÇì òÄðÀéÈï æÆä àÈîÇø ùÑÀìÉîÉä, "îÀáÈøÅêÀ øÅòÅäåÌ, áÌÀ÷åÉì âÌÈãåÉì--áÌÇáÌÉ÷Æø äÇùÑÀëÌÅéí: ÷ÀìÈìÈä, úÌÅçÈùÑÆá ìåÉ" (îùìé ëæ,éã)--ùÑÆîÌÄúÌåÉêÀ èåÉáÈúåÉ, áÌÈà ìÄéãÅé øÈòÈúåÉ.
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5
Hay cosas que se consideran
“polvo de habladuría”. Por ejemplo: ¿quién habría dicho que fulano sería como es ahora? o si dijera: “¡no mencionéis a fulano, prefiero no comentar lo que sucedió!” y cosas por el estilo. Asimismo quien alabe a su prójimo ante quienes le odian incurre en “polvo de habladuría” porque eso les incita a denigrarle, habiendo Shelomó dicho al respecto:
"A aquel que bendiga a su amigo, dando voces, temprano por la mañana, se le considerara una injuria"
(Pr. 27:14); ya que pretendiendo beneficiarle le perjudica.
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å
åÀëÅï äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÀìÈùÑåÉï äÈøÇò ãÌÆøÆêÀ ùÒÀçåÉ÷ åÀãÆøÆêÀ ÷ÇìÌåÌú øÉàùÑ, ëÌÀìåÉîÇø ùÑÀàÅéðåÌ îÀãÇáÌÅø áÌÀùÒÄðÀàÈä--äåÌà ùÑÆùÌÑÀìÉîÉä àåÉîÅø, "ëÌÀîÄúÀìÇäÀìÅäÌÇ, äÇéÌÉøÆä æÄ÷ÌÄéí--çÄöÌÄéí åÈîÈåÆú . . . åÀàÈîÇø, äÂìÉà-îÀùÒÇçÅ÷ àÈðÄé" (îùìé ëå,éç-éè). åÀëÅï äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÀìÈùÑåÉï äÈøÇò ãÌÆøÆêÀ øÇîÌÈéåÌú, åÀäåÌà ùÑÆéÌÀñÇôÌÇø ìÀúËîÌåÉ ëÌÀàÄìÌåÌ àÅéðåÌ éåÉãÅòÇ ùÑÆãÌÈáÈø æÆä ìÈùÑåÉï äÈøÇò äåÌà, àÅìÈà ëÌÀùÑÆîÌÀîÇçÄéï áÌåÉ, àåÉîÅø àÅéðÄé éåÉãÅòÇ ùÑÆàÅìÌåÌ îÇòÂùÒÈéå ùÑÆìÌÄôÀìåÉðÄé àåÉ ùÑÆæÌÆä ìÈùÑåÉï äÈøÇò.
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6
Asimismo quien dice “ìÈùÑåÉï äÈøÇò” en broma o frívolamente, es decir que no habla por odio. A esto se refiere Shelomó al decir:
"Como un demente que lanza chispas, flechas y muerte...diciendo ¿no estoy acaso jugando?"
(Pr. 26:18-19). Asimismo quien dice “ìÈùÑåÉï äÈøÇò” fraudulentamente,
a condición de que diga “ìÈùÑåÉï äÈøÇò” inocentemente, como si no supiera que lo que dice es “ìÈùÑåÉï äÈøÇò” sino, cuando se lo objetan, dice: “no sabía que esas son las acciones de fulano o que esto es un chisme”.
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æ
[ä] àÆçÈã äÇîÌÀñÇôÌÅø áÌÀìÈùÑåÉï äÈøÇò áÌÄôÀðÅé çÂáÅøåÉ, àåÉ ùÑÆìÌÉà áÌÀôÈðÈéå; åÀäÇîÌÀñÇôÌÅø ãÌÀáÈøÄéí ùÑÆâÌåÉøÀîÄéï àÄí ðÄùÑÀîÀòåÌ àÄéùÑ îÄôÌÄé àÄéùÑ, ìÀäÇæÌÄé÷ çÂáÅøåÉ áÌÀâåÌôåÉ àåÉ áÌÄîÀîåÉðåÉ, àÇôÄìÌåÌ ìÀäÈöÅø ìåÉ àåÉ ìÀäÇôÀçÄéãåÉ--äÂøÅé æÆä ìÈùÑåÉï äÈøÇò. åÀàÄí ðÆàÀîÀøåÌ ãÌÀáÈøÄéí àÅìÌåÌ áÌÄôÀðÅé ùÑÀìåÉùÑÈä, ëÌÀáÈø ðÄùÑÀîÇò äÇãÌÈáÈø åÀðåÉãÇò, åÀàÄí ñÄôÌÇø äÇãÌÈáÈø àÆçÈã îÄï äÇùÌÑÀìåÉùÑÈä ôÌÇòÇí àÇçÆøÆú, àÅéï áÌåÉ îÄùÌÑåÉí ìÈùÑåÉï äÈøÇò--åÀäåÌà ùÑÆìÌÉà éÄúÀëÌÇåÌÇï ìÀäÇòÀáÌÄéø äÇ÷ÌåÉì, åÌìÀâÇìÌåÉúåÉ éåÉúÅø.
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7
Tanto la acción de quien chismea ante su prójimo como quien lo hace a sus espaldas o quien cuenta cosas que, si fueran difundidas, le causarían daño físico o pecuniario, incluso
herirle o asustarle, se consideran “habladurías”. Pero si se habían dicho tales cosas ante tres personas, ya se les consideraría
conocidas, y si uno
de ellos las contara una vez más ya no se le consideraría un chisme; siempre y cuando no pretendiera extender el rumor y
revelarlo más.
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ç
[å] ëÌÈì àÅìÌåÌ--äÆí áÌÇòÂìÅé ìÈùÑåÉï äÈøÇò, ùÑÆàÈñåÌø ìÈãåÌø áÌÄùÑÀëåÌðÈúÈí, åÀëÈì ùÑÆëÌÅï ìÅéùÑÅá òÄîÌÈäÆï, åÀìÄùÑÀîÉòÇ ãÌÄáÀøÅéäÆí. åÀìÉà ðÆçÀúÌÇí âÌÀæÈø ãÌÄéï òÇì àÂáåÉúÅéðåÌ áÌÇîÌÄãÀáÌÈø, àÅìÈà òÇì ìÈùÑåÉï äÈøÇò áÌÄìÀáÈã.
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8
Todos esos son los chismosos cuya vecindad y, obviamente, fraternidad están prohibidas así como escucharles. No habiéndoseles
sellado el juicio a nuestros padres en el desierto sino tan solo debido a la “habladuría”.
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è
[æ] äÇðÌåÉ÷Åí àÆú çÂáÅøåÉ--òåÉáÅø áÌÀìÉà úÇòÂùÒÆä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "ìÉà-úÄ÷ÌÉí" (åé÷øà éè,éç). åÀàÇó òÇì ôÌÄé ùÑÀàÅéðåÌ ìåÉ÷Æä, ãÌÅòÈä øÈòÈä äÄéà òÇã îÀàåÉã; àÅìÈà øÈàåÌé ìÈàÈãÈí ìÄäÀéåÉú îÇòÀáÌÄéø òÇì ëÌÈì ãÌÄáÀøÅé äÈòåÉìÈí--ùÑÆäÇëÌÉì àÅöÆì äÇîÌÀáÄéðÄéí ãÌÄáÀøÅé äÆáÆì åÇäÂáÈàé, åÀàÅéðÈï ëÌÀãÇàé ìÄðÀ÷Éí òÂìÅéäÆí.
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9
Quien se venga de su compañero transgrede un
Precepto Negativo, como está escrito: "No te vengarás"
(Lv. 19:18) y, a pesar de que no es azotado, se trata de una cualidad muy mala; siendo lo apropiado para el hombre desentenderse de todas las cosas del mundo ya que, para los entendidos,
no es todo sino una nonada y una nadería, no teniendo sentido vengarse por ellas.
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é
ëÌÅéöÇã äÄéà äÇðÌÀ÷ÄéîÈä: àÈîÇø ìåÉ çÂáÅøåÉ äÇùÑÀàÄéìÅðÄé ÷ÇøÀãÌËîÌÈêÀ, àÈîÇø ìåÉ àÅéðÄé îÇùÑÀàÄéìÈêÀ; ìÀîÈçÈø öÈøÇêÀ ìÄùÑÀàÉì îÄîÌÆðÌåÌ, àÈîÇø ìåÉ äÇùÑÀàÄéìÅðÄé ÷ÇøÀãÌËîÌÈêÀ, àÈîÇø ìåÉ àÅéðÄé îÇùÑÀàÄéìÈêÀ, ëÌÀãÆøÆêÀ ùÑÆìÌÉà äÄùÑÀàÇìÀúÌÇðÄé ëÌÀùÑÆùÌÑÈàÇìÀúÌÄé îÄîÌÈêÀ--äÂøÅé æÆä ðåÉ÷Åí. àÅìÈà ëÌÀùÑÆéÌÈáåÉà ìÄùÑÀàÉì, éÄúÌÅï áÌÀìÅá ùÑÈìÅí åÀìÉà éÄâÀîÉì ìåÉ ëÌÇàÂùÑÆø âÌÀîÈìåÉ; åÀëÅï ëÌÈì ëÌÇéÌåÉöÆà áÌÇàÅìÌåÌ. åÀëÅï àÈîÇø ãÌÈåÄéã áÌÀãÅòåÉúÈéå äÇèÌåÉáåÉú, "àÄí-âÌÈîÇìÀúÌÄé, ùÑåÉìÀîÄé øÈò" (úäéìéí æ,ä).
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10
¿Qué es una venganza? le dijo su prójimo: “préstame tu hacha” le respondió: “no te la presto”; al día siquiente le fue necesario pedirle prestado y le dijo: “préstame tu hacha” le dijo: “no te la presto como tu no me prestaste cuando te lo pedí”,
se está vengando.
Siendo lo correcto que cuando venga a pedirle le dé de corazón, no haciéndole lo que el otro le hiciera; asimismo en todo caso similar. Así lo dijera David
según sus buenas cualidades:
"¿Acaso le pagué con mal a quien deseara mi paz?"
(Sal. 7:5)
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éà
[ç] åÀëÅï ëÌÈì äÇðÌåÉèÅø ìÀàÆçÈã îÄéÌÄùÒÀøÈàÅì--òåÉáÅø áÌÀìÉà úÇòÂùÒÆä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀìÉà-úÄèÌÉø àÆú-áÌÀðÅé òÇîÌÆêÈ" (åé÷øà éè,éç). ëÌÅéöÇã: øÀàåÌáÅï ùÑÆàÈîÇø ìÀùÑÄîÀòåÉï ùÒÀëÉø ìÄé áÌÇéÄú æÆä, àåÉ äÇùÑÀàÄéìÅðÄé ùÑåÉø æÆä, åÀìÉà øÈöÈä ùÑÄîÀòåÉï; ìÀéÈîÄéí öÈøÇêÀ ùÑÄîÀòåÉï ìÄøÀàåÌáÅï ìÄùÑÀàÉì îÄîÌÆðÌåÌ àåÉ ìÄùÒÀëÌÉø, åÀàÈîÇø ìåÉ øÀàåÌáÅï äÅà ìÈêÀ, äÂøÅéðÄé îÇùÑÀàÄéìÈêÀ, åÀàÅéðÄé ëÌÀîåÉúÈêÀ, åÀìÉà àÂùÑÇìÌÇí ìÈêÀ ëÌÀîÇòÂùÒÆéêÈ--äÈòåÉùÒÆä ëÌÀæÆä, òåÉáÅø áÌÀ"ìÉà úÄèÌÉø".
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11
Asimismo todo aquel que le guarde rencor a un israelita transgrede un
Precepto Negativo, como está escrito: "ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo"
(Lv. 19:18). ¿Por ejemplo? Rubén le ha dicho a Simón: “alquílame esta casa o préstame este toro” y Simón no quiso hacerlo; días después Simón necesitó pedirle prestado o en alquiler a Rubén y éste le respondió: “¡aquí tienes! te presto porque no soy como tú, no te
pagaré según tus acciones”. Quien haga tal cosa transgrede el “ni guardarás rencor”.
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éá
àÅìÈà éÄîÀçÆä äÇãÌÈáÈø îÄìÌÄáÌåÉ åÀìÉà éÄèÌÀøÆðÌåÌ, ùÑÆëÌÈì æÀîÈï ùÑÀäåÌà ðåÉèÅø àÆú äÇãÌÈáÈø åÀæåÉëÀøåÉ, ùÑÆîÌÆà éÈáåÉà ìÄðÀ÷Éí. ìÀôÄéëÌÈêÀ äÄ÷ÀôÌÄéãÈä úÌåÉøÈä òÇì äÇðÌÀèÄéøÈä, òÇã ùÑÆéÌÄîÀçÆä äÆòÈååÉï îÄìÌÄáÌåÉ ëÌÀìÈì åÀìÉà éÄæÀëÌÀøÆðÌåÌ; åÀæåÉ äÄéà äÇãÌÅòÈä äÇðÌÀëåÉðÈä ùÑÆàÄôÀùÑÈø ùÑÆéÌÄúÀ÷ÇéÌÇí áÌÈäÌ éÄùÌÑåÌá äÈàÈøÆõ, åÌîÇùÌÒÈàÈï åÌîÇúÌÈðÈï ùÑÆìÌÄáÀðÅé àÈãÈí æÆä òÄí æÆä.
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12
Al contrario, quitará tal cosa de su corazón y no le guardará rencor ya que mientras se lo guarde, recordándole, quizás se vengue. Por eso la Torá se refirió severamente al rencor exigiendo que se quite tal iniquidad totalmente del corazón no recordándosele; siendo tal la cualidad correcta ya que permite
el asentamiento en la tierra y las negociaciones entre los hombres.
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