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à åÇéÌÉñÄéôåÌ áÌÀðÅé éÄùÒÀøÈàÅì, ìÇòÂùÒåÉú äÈøÇò áÌÀòÅéðÅé éÀäåÈä; åÇéÌÄúÌÀðÅí éÀäåÈä áÌÀéÇã-ôÌÀìÄùÑÀúÌÄéí, àÇøÀáÌÈòÄéí ùÑÈðÈä. {ô}
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1 Y LOS hijos de Israel tornaron á hacer lo malo en los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los Filisteos, por cuarenta años.
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á åÇéÀäÄé àÄéùÑ àÆçÈã îÄöÌÈøÀòÈä îÄîÌÄùÑÀôÌÇçÇú äÇãÌÈðÄé, åÌùÑÀîåÉ îÈðåÉçÇ; åÀàÄùÑÀúÌåÉ òÂ÷ÈøÈä, åÀìÉà éÈìÈãÈä.
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2 Y había un hombre de Sora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, que nunca había parido.
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â åÇéÌÅøÈà îÇìÀàÇêÀ-éÀäåÈä, àÆì-äÈàÄùÌÑÈä; åÇéÌÉàîÆø àÅìÆéäÈ, äÄðÌÅä-ðÈà àÇúÌÀ-òÂ÷ÈøÈä åÀìÉà éÈìÇãÀúÌÀ, åÀäÈøÄéú, åÀéÈìÇãÀúÌÀ áÌÅï.
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3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y díjole: He aquí que tú eres estéril, y no has parido: mas concebirás y parirás un hijo.
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ã åÀòÇúÌÈä äÄùÌÑÈîÀøÄé ðÈà, åÀàÇì-úÌÄùÑÀúÌÄé éÇéÄï åÀùÑÅëÈø; åÀàÇì-úÌÉàëÀìÄé, ëÌÈì-èÈîÅà.
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4 Ahora, pues, mira que ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda.
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ä ëÌÄé äÄðÌÈêÀ äÈøÈä åÀéÉìÇãÀúÌÀ áÌÅï, åÌîåÉøÈä ìÉà-éÇòÂìÆä òÇì-øÉàùÑåÉ--ëÌÄé-ðÀæÄéø àÁìÉäÄéí éÄäÀéÆä äÇðÌÇòÇø, îÄï-äÇáÌÈèÆï; åÀäåÌà, éÈçÅì ìÀäåÉùÑÄéòÇ àÆú-éÄùÒÀøÈàÅì--îÄéÌÇã ôÌÀìÄùÑÀúÌÄéí.
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5 Porque tú te harás embarazada, y parirás un hijo: y no subirá navaja sobre su cabeza, porque aquel niño será Nazareo á Dios desde el vientre, y él comenzará á salvar á Israel de mano de los Filisteos.
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å åÇúÌÈáÉà äÈàÄùÌÑÈä, åÇúÌÉàîÆø ìÀàÄéùÑÈäÌ ìÅàîÉø, àÄéùÑ äÈàÁìÉäÄéí áÌÈà àÅìÇé, åÌîÇøÀàÅäåÌ ëÌÀîÇøÀàÅä îÇìÀàÇêÀ äÈàÁìÉäÄéí ðåÉøÈà îÀàÉã; åÀìÉà ùÑÀàÄìÀúÌÄéäåÌ àÅé-îÄæÌÆä äåÌà, åÀàÆú-ùÑÀîåÉ ìÉà-äÄâÌÄéã ìÄé.
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6 Y la mujer vino y contólo á su marido, diciendo: Un varón de Dios vino á mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, terrible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
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æ åÇéÌÉàîÆø ìÄé, äÄðÌÈêÀ äÈøÈä åÀéÉìÇãÀúÌÀ áÌÅï; åÀòÇúÌÈä àÇì-úÌÄùÑÀúÌÄé éÇéÄï åÀùÑÅëÈø, åÀàÇì-úÌÉàëÀìÄé ëÌÈì-èËîÀàÈä--ëÌÄé-ðÀæÄéø àÁìÉäÄéí éÄäÀéÆä äÇðÌÇòÇø, îÄï-äÇáÌÆèÆï òÇã-éåÉí îåÉúåÉ. {ô}
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7 Y díjome: He aquí que tú concebirás, y parirás un hijo: por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda; porque este niño desde el vientre será Nazareo á Dios hasta el día de su muerte.
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ç åÇéÌÆòÀúÌÇø îÈðåÉçÇ àÆì-éÀäåÈä, åÇéÌÉàîÇø: áÌÄé àÂãåÉðÈé--àÄéùÑ äÈàÁìÉäÄéí àÂùÑÆø ùÑÈìÇçÀúÌÈ éÈáåÉà-ðÈà òåÉã àÅìÅéðåÌ, åÀéåÉøÅðåÌ îÇä-ðÌÇòÂùÒÆä ìÇðÌÇòÇø äÇéÌåÌìÌÈã.
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8 Entonces oró Manoa á Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, torne ahora á venir á nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.
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è åÇéÌÄùÑÀîÇò äÈàÁìÉäÄéí, áÌÀ÷åÉì îÈðåÉçÇ; åÇéÌÈáÉà îÇìÀàÇêÀ äÈàÁìÉäÄéí òåÉã àÆì-äÈàÄùÌÑÈä, åÀäÄéà éåÉùÑÆáÆú áÌÇùÌÒÈãÆä, åÌîÈðåÉçÇ àÄéùÑÈäÌ, àÅéï òÄîÌÈäÌ.
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9 Y Dios oyó la voz de Manoa: y el ángel de Dios volvió otra vez á la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.
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é åÇúÌÀîÇäÅø, äÈàÄùÌÑÈä, åÇúÌÈøÈõ, åÇúÌÇâÌÅã ìÀàÄéùÑÈäÌ; åÇúÌÉàîÆø àÅìÈéå--äÄðÌÅä ðÄøÀàÈä àÅìÇé äÈàÄéùÑ, àÂùÑÆø-áÌÈà áÇéÌåÉí àÅìÈé.
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10 Y la mujer corrió prontamente, y noticiólo á su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino á mí el otro día.
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éà åÇéÌÈ÷Èí åÇéÌÅìÆêÀ îÈðåÉçÇ, àÇçÂøÅé àÄùÑÀúÌåÉ; åÇéÌÈáÉà, àÆì-äÈàÄéùÑ, åÇéÌÉàîÆø ìåÉ äÇàÇúÌÈä äÈàÄéùÑ àÂùÑÆø-ãÌÄáÌÇøÀúÌÈ àÆì-äÈàÄùÌÑÈä, åÇéÌÉàîÆø àÈðÄé.
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11 Y levantóse Manoa, y siguió á su mujer; y así que llegó al varón, díjole: ¿Eres tú aquel varón que hablaste á la mujer? Y él dijo: Yo soy.
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éá åÇéÌÉàîÆø îÈðåÉçÇ, òÇúÌÈä éÈáÉà ãÀáÈøÆéêÈ: îÇä-éÌÄäÀéÆä îÄùÑÀôÌÇè-äÇðÌÇòÇø, åÌîÇòÂùÒÅäåÌ.
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12 Entonces Manoa dijo: Cúmplase pues tu palabra. ¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?
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éâ åÇéÌÉàîÆø îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä, àÆì-îÈðåÉçÇ: îÄëÌÉì àÂùÑÆø-àÈîÇøÀúÌÄé àÆì-äÈàÄùÌÑÈä, úÌÄùÌÑÈîÅø.
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13 Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije:
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éã îÄëÌÉì àÂùÑÆø-éÅöÅà îÄâÌÆôÆï äÇéÌÇéÄï ìÉà úÉàëÇì, åÀéÇéÄï åÀùÑÅëÈø àÇì-úÌÅùÑÀúÌÀ, åÀëÈì-èËîÀàÈä, àÇì-úÌÉàëÇì: ëÌÉì àÂùÑÆø-öÄåÌÄéúÄéäÈ, úÌÄùÑÀîÉø. {ñ}
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14 Ella no comerá cosa que proceda de vid que da vino; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda: ha de guardar todo lo que le mandé.
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èå åÇéÌÉàîÆø îÈðåÉçÇ, àÆì-îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä: ðÇòÀöÀøÈä-ðÌÈà àåÉúÈêÀ, åÀðÇòÂùÒÆä ìÀôÈðÆéêÈ âÌÀãÄé òÄæÌÄéí.
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15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Ruégote permitas que te detengamos, y aderezaremos un cabrito que poner delante de ti.
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èæ åÇéÌÉàîÆø îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä àÆì-îÈðåÉçÇ, àÄí-úÌÇòÀöÀøÅðÄé ìÉà-àÉëÇì áÌÀìÇçÀîÆêÈ, åÀàÄí-úÌÇòÂùÒÆä òÉìÈä, ìÇéäåÈä úÌÇòÂìÆðÌÈä: ëÌÄé ìÉà-éÈãÇò îÈðåÉçÇ, ëÌÄé-îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä äåÌà.
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16 Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: Aunque me detengas no comeré de tu pan: mas si quisieres hacer holocausto, sacrifícalo á Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.
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éæ åÇéÌÉàîÆø îÈðåÉçÇ àÆì-îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä, îÄé ùÑÀîÆêÈ: ëÌÄé-éÈáÉà ãáøéê (ãÀáÈøÀêÈ), åÀëÄáÌÇãÀðåÌêÈ.
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17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cómo es tu nombre, para que cuando se cumpliere tu palabra te honremos?
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éç åÇéÌÉàîÆø ìåÉ îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä, ìÈîÌÈä æÌÆä úÌÄùÑÀàÇì ìÄùÑÀîÄé--åÀäåÌà-ôÆìÄàé. {ô}
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18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es oculto?
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éè åÇéÌÄ÷ÌÇç îÈðåÉçÇ àÆú-âÌÀãÄé äÈòÄæÌÄéí, åÀàÆú-äÇîÌÄðÀçÈä, åÇéÌÇòÇì òÇì-äÇöÌåÌø, ìÇéäåÈä; åÌîÇôÀìÄà ìÇòÂùÒåÉú, åÌîÈðåÉçÇ åÀàÄùÑÀúÌåÉ øÉàÄéí.
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19 Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y sacrificólo sobre una peña á Jehová: y el ángel hizo milagro á vista de Manoa y de su mujer.
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ë åÇéÀäÄé áÇòÂìåÉú äÇìÌÇäÇá îÅòÇì äÇîÌÄæÀáÌÅçÇ, äÇùÌÑÈîÇéÀîÈä, åÇéÌÇòÇì îÇìÀàÇêÀ-éÀäåÈä, áÌÀìÇäÇá äÇîÌÄæÀáÌÅçÇ; åÌîÈðåÉçÇ åÀàÄùÑÀúÌåÉ øÉàÄéí, åÇéÌÄôÌÀìåÌ òÇì-ôÌÀðÅéäÆí àÈøÀöÈä.
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20 Porque aconteció que como la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar á vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.
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ëà åÀìÉà-éÈñÇó òåÉã îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä, ìÀäÅøÈàÉä àÆì-îÈðåÉçÇ åÀàÆì-àÄùÑÀúÌåÉ; àÈæ éÈãÇò îÈðåÉçÇ, ëÌÄé-îÇìÀàÇêÀ éÀäåÈä äåÌà.
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21 Y el ángel de Jehová no tornó á aparecer á Manoa ni á su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.
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ëá åÇéÌÉàîÆø îÈðåÉçÇ àÆì-àÄùÑÀúÌåÉ, îåÉú ðÈîåÌú: ëÌÄé àÁìÉäÄéí, øÈàÄéðåÌ.
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22 Y dijo Manoa á su mujer: Ciertamente moriremos, porque á Dios hemos visto.
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ëâ åÇúÌÉàîÆø ìåÉ àÄùÑÀúÌåÉ, ìåÌ çÈôÅõ éÀäåÈä ìÇäÂîÄéúÅðåÌ ìÉà-ìÈ÷Çç îÄéÌÈãÅðåÌ òÉìÈä åÌîÄðÀçÈä, åÀìÉà äÆøÀàÈðåÌ, àÆú-ëÌÈì-àÅìÌÆä; åÀëÈòÅú, ìÉà äÄùÑÀîÄéòÈðåÌ ëÌÈæÉàú.
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23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no tomara de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni en tal tiempo nos habría anunciado esto.
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ëã åÇúÌÅìÆã äÈàÄùÌÑÈä áÌÅï, åÇúÌÄ÷ÀøÈà àÆú-ùÑÀîåÉ ùÑÄîÀùÑåÉï; åÇéÌÄâÀãÌÇì äÇðÌÇòÇø, åÇéÀáÈøÀëÅäåÌ éÀäåÈä.
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24 Y la mujer parió un hijo, y llamóle por nombre Samsón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.
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ëä åÇúÌÈçÆì øåÌçÇ éÀäåÈä, ìÀôÇòÂîåÉ áÌÀîÇçÂðÅä-ãÈï, áÌÅéï öÈøÀòÈä, åÌáÅéï àÆùÑÀúÌÈàÉì. {ô}
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25 Y el espíritu de Jehová comenzó á manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Sora y Esthaol.
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