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à ëÌÄé-éÄîÌÈöÅà çÈìÈì, áÌÈàÂãÈîÈä àÂùÑÆø éÀäåÈä àÁìÉäÆéêÈ ðÉúÅï ìÀêÈ ìÀøÄùÑÀúÌÈäÌ, ðÉôÅì, áÌÇùÌÒÈãÆä: ìÉà ðåÉãÇò, îÄé äÄëÌÈäåÌ.
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1 CUANDO fuere hallado en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, muerto echado en el campo, y no se supiere quién lo hirió,
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á åÀéÈöÀàåÌ æÀ÷ÅðÆéêÈ, åÀùÑÉôÀèÆéêÈ; åÌîÈãÀãåÌ, àÆì-äÆòÈøÄéí, àÂùÑÆø, ñÀáÄéáÉú äÆçÈìÈì.
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2 Entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto:
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â åÀäÈéÈä äÈòÄéø, äÇ÷ÌÀøÉáÈä àÆì-äÆçÈìÈì--åÀìÈ÷ÀçåÌ æÄ÷ÀðÅé äÈòÄéø äÇäÄåà òÆâÀìÇú áÌÈ÷Èø, àÂùÑÆø ìÉà-òËáÌÇã áÌÈäÌ, àÂùÑÆø ìÉà-îÈùÑÀëÈä, áÌÀòÉì.
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3 Y será, que los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de la vacada una becerra que no haya servido, que no haya traído yugo;
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ã åÀäåÉøÄãåÌ æÄ÷ÀðÅé äÈòÄéø äÇäÄåà àÆú-äÈòÆâÀìÈä, àÆì-ðÇçÇì àÅéúÈï, àÂùÑÆø ìÉà-éÅòÈáÅã áÌåÉ, åÀìÉà éÄæÌÈøÅòÇ; åÀòÈøÀôåÌ-ùÑÈí àÆú-äÈòÆâÀìÈä, áÌÇðÌÈçÇì.
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4 Y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle áspero,
que nunca haya sido arado ni sembrado, y cortarán el pescuezo a la becerra allí en el rápido.
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ä åÀðÄâÌÀùÑåÌ äÇëÌÉäÂðÄéí, áÌÀðÅé ìÅåÄé--ëÌÄé áÈí áÌÈçÇø éÀäåÈä àÁìÉäÆéêÈ ìÀùÑÈøÀúåÉ, åÌìÀáÈøÅêÀ áÌÀùÑÅí éÀäåÈä; åÀòÇì-ôÌÄéäÆí éÄäÀéÆä, ëÌÈì-øÄéá åÀëÈì-ðÈâÇò.
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5 Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque á ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en nombre de Jehová; y por el dicho de ellos se determinará todo pleito y toda llaga.
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å åÀëÉì, æÄ÷ÀðÅé äÈòÄéø äÇäÄåà, äÇ÷ÌÀøÉáÄéí, àÆì-äÆçÈìÈì--éÄøÀçÂöåÌ, àÆú-éÀãÅéäÆí, òÇì-äÈòÆâÀìÈä, äÈòÂøåÌôÈä áÇðÌÈçÇì.
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6 Y todos los ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la becerra degollada en el valle.
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æ åÀòÈðåÌ, åÀàÈîÀøåÌ: éÈãÅéðåÌ, ìÉà ùôëä (ùÑÈôÀëåÌ) àÆú-äÇãÌÈí äÇæÌÆä, åÀòÅéðÅéðåÌ, ìÉà øÈàåÌ.
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7 Y protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo vieron.
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ç ëÌÇôÌÅø ìÀòÇîÌÀêÈ éÄùÒÀøÈàÅì àÂùÑÆø-ôÌÈãÄéúÈ, éÀäåÈä, åÀàÇì-úÌÄúÌÅï ãÌÈí ðÈ÷Äé, áÌÀ÷ÆøÆá òÇîÌÀêÈ éÄùÒÀøÈàÅì; åÀðÄëÌÇôÌÅø ìÈäÆí, äÇãÌÈí.
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8 Expía á tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no imputes la sangre inocente derramada en medio de tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.
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è åÀàÇúÌÈä, úÌÀáÇòÅø äÇãÌÈí äÇðÌÈ÷Äé--îÄ÷ÌÄøÀáÌÆêÈ: ëÌÄé-úÇòÂùÒÆä äÇéÌÈùÑÈø, áÌÀòÅéðÅé éÀäåÈä. {ñ}
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9 Y tú quitarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto en los ojos de Jehová.
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é ëÌÄé-úÅöÅà ìÇîÌÄìÀçÈîÈä, òÇì-àÉéÀáÆéêÈ; åÌðÀúÈðåÉ éÀäåÈä àÁìÉäÆéêÈ, áÌÀéÈãÆêÈ--åÀùÑÈáÄéúÈ ùÑÄáÀéåÉ.
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10 Cuando salieres á la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos,
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éà åÀøÈàÄéúÈ, áÌÇùÌÑÄáÀéÈä, àÅùÑÆú, éÀôÇú-úÌÉàÇø; åÀçÈùÑÇ÷ÀúÌÈ áÈäÌ, åÀìÈ÷ÇçÀúÌÈ ìÀêÈ ìÀàÄùÌÑÈä.
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11
Y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer,
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éá åÇäÂáÅàúÈäÌ, àÆì-úÌåÉêÀ áÌÅéúÆêÈ; åÀâÄìÌÀçÈä, àÆú-øÉàùÑÈäÌ, åÀòÈùÒÀúÈä, àÆú-öÄôÌÈøÀðÆéäÈ.
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12 La meterás en tu casa; y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas,
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éâ åÀäÅñÄéøÈä àÆú-ùÒÄîÀìÇú ùÑÄáÀéÈäÌ îÅòÈìÆéäÈ, åÀéÈùÑÀáÈä áÌÀáÅéúÆêÈ, åÌáÈëÀúÈä àÆú-àÈáÄéäÈ åÀàÆú-àÄîÌÈäÌ, éÆøÇç éÈîÄéí; åÀàÇçÇø ëÌÅï úÌÈáåÉà àÅìÆéäÈ, åÌáÀòÇìÀúÌÈäÌ, åÀäÈéÀúÈä ìÀêÈ, ìÀàÄùÌÑÈä.
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13 Y se quitará el vestido de su cautiverio, y quedaráse en tu casa: y llorará á su padre y á su madre el tiempo de un mes: y después entrarás á ella, y tu serás su marido, y ella tu mujer.
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éã åÀäÈéÈä àÄí-ìÉà çÈôÇöÀúÌÈ áÌÈäÌ, åÀùÑÄìÌÇçÀúÌÈäÌ ìÀðÇôÀùÑÈäÌ, åÌîÈëÉø ìÉà-úÄîÀëÌÀøÆðÌÈä, áÌÇëÌÈñÆó; ìÉà-úÄúÀòÇîÌÅø áÌÈäÌ, úÌÇçÇú àÂùÑÆø òÄðÌÄéúÈäÌ. {ñ}
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14 Y será, si no te agradare, que la has de dejar en su libertad;
y no la venderás por dinero, ni mercadearás con ella, por cuanto la afligiste.
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èå ëÌÄé-úÄäÀéÆéïÈ ìÀàÄéùÑ ùÑÀúÌÅé ðÈùÑÄéí, äÈàÇçÇú àÂäåÌáÈä åÀäÈàÇçÇú ùÒÀðåÌàÈä, åÀéÈìÀãåÌ-ìåÉ áÈðÄéí, äÈàÂäåÌáÈä åÀäÇùÌÒÀðåÌàÈä; åÀäÈéÈä äÇáÌÅï äÇáÌÀëÉø, ìÇùÌÒÀðÄéàÈä.
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15 Cuando un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le parieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
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èæ åÀäÈéÈä, áÌÀéåÉí äÇðÀçÄéìåÉ àÆú-áÌÈðÈéå, àÅú àÂùÑÆø-éÄäÀéÆä, ìåÉ--ìÉà éåÌëÇì, ìÀáÇëÌÅø àÆú-áÌÆï-äÈàÂäåÌáÈä, òÇì-ôÌÀðÅé áÆï-äÇùÌÒÀðåÌàÈä, äÇáÌÀëÉø.
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16 Será que, el día que hiciere heredar á sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura á los hijos de la amada en preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito;
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éæ ëÌÄé àÆú-äÇáÌÀëÉø áÌÆï-äÇùÌÒÀðåÌàÈä éÇëÌÄéø, ìÈúÆú ìåÉ ôÌÄé ùÑÀðÇéÄí, áÌÀëÉì àÂùÑÆø-éÄîÌÈöÅà, ìåÉ: ëÌÄé-äåÌà øÅàùÑÄéú àÉðåÉ, ìåÉ îÄùÑÀôÌÇè äÇáÌÀëÉøÈä. {ñ}
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17 Mas al hijo de la aborrecida reconocerá por primogénito, para darle dos tantos de todo lo que se hallare que tiene: porque aquél es el principio de su fuerza, el derecho de la primogenitura es suyo.
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éç ëÌÄé-éÄäÀéÆä ìÀàÄéùÑ, áÌÅï ñåÉøÅø åÌîåÉøÆä--àÅéðÆðÌåÌ ùÑÉîÅòÇ, áÌÀ÷åÉì àÈáÄéå åÌáÀ÷åÉì àÄîÌåÉ; åÀéÄñÌÀøåÌ àÉúåÉ, åÀìÉà éÄùÑÀîÇò àÂìÅéäÆí.
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18 Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;
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éè åÀúÈôÀùÒåÌ áåÉ, àÈáÄéå åÀàÄîÌåÉ; åÀäåÉöÄéàåÌ àÉúåÉ àÆì-æÄ÷ÀðÅé òÄéøåÉ, åÀàÆì-ùÑÇòÇø îÀ÷ÉîåÉ.
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19 Entonces tomarlo han su padre y su madre, y lo sacarán á los ancianos de su ciudad, y á la puerta del lugar suyo;
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ë åÀàÈîÀøåÌ àÆì-æÄ÷ÀðÅé òÄéøåÉ, áÌÀðÅðåÌ æÆä ñåÉøÅø åÌîÉøÆä--àÅéðÆðÌåÌ ùÑÉîÅòÇ, áÌÀ÷ÉìÅðåÌ; æåÉìÅì, åÀñÉáÅà.
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20 Y dirán á los ancianos de la ciudad:
Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece á nuestra voz; es glotón y borracho.
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ëà åÌøÀâÈîËäåÌ ëÌÈì-àÇðÀùÑÅé òÄéøåÉ áÈàÂáÈðÄéí, åÈîÅú, åÌáÄòÇøÀúÌÈ äÈøÈò, îÄ÷ÌÄøÀáÌÆêÈ; åÀëÈì-éÄùÒÀøÈàÅì, éÄùÑÀîÀòåÌ åÀéÄøÈàåÌ. {ñ}
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21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.
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ëá åÀëÄé-éÄäÀéÆä áÀàÄéùÑ, çÅèÀà îÄùÑÀôÌÇè-îÈåÆú--åÀäåÌîÈú: åÀúÈìÄéúÈ àÉúåÉ, òÇì-òÅõ.
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22 Cuando en alguno hubiere pecado de sentencia de muerte, por el que haya de morir,
y le habrás colgado de un madero,
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ëâ ìÉà-úÈìÄéï ðÄáÀìÈúåÉ òÇì-äÈòÅõ, ëÌÄé-÷ÈáåÉø úÌÄ÷ÀáÌÀøÆðÌåÌ áÌÇéÌåÉí äÇäåÌà--ëÌÄé-÷ÄìÀìÇú àÁìÉäÄéí, úÌÈìåÌé; åÀìÉà úÀèÇîÌÅà, àÆú-àÇãÀîÈúÀêÈ, àÂùÑÆø éÀäåÈä àÁìÉäÆéêÈ, ðÉúÅï ìÀêÈ ðÇçÂìÈä. {ñ}
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23
No estará su cuerpo por la noche en el madero,
mas sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldición de Dios es el colgado: y no contaminarás tu tierra, que el Señor tu Dios te da por heredad.
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